Ésto sólo es un sitio donde las sensaciones se convierten en palabras, donde los sentimientos y las emociones encuentran una vía de escape. Ésto sólo es un cajón de mi memoria.
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jueves, 13 de octubre de 2011
Que te vaya bonito
Quizá para muchos, veintinueve días desde que el último gramo de esperanza que tenía se consumió es suficiente para olvidar, para dejar atrás. Quizá algunos sostengan que lo que pasó después es un intento vano de intentar poner un parche, de tapar la herida, o de rellenar el hueco, quizá más de uno sostenga que un clavo saca otro clavo, pero otros mantienen que hay clavos que jamás podrán sacarse, quizá yo sea de las últimas; no considero que haya que remplazar una cosa por otra, sino que hay que acumularlas, hay que tener experiencias, hay que arriesgar, hay que perder, hay que ganar, hay que cagarla, hay que equivocarse, que pedir perdón, que caerse, que llorar, que reír, que bailar, que ser feliz, que levantarse, y que tirar al suelo, que perdonar, que no olvidar, que dejar atrás. Quizá para algunos ésto no sea más que una forma de demostrar que pese a estos días no te he olvidado, quizá éstos sean los sabios, no es fácil hacerlo, no cuando por ti he sentido lo que por nadie, cuando me tiraste al suelo y me levanté insistentemente, cuando me negué a mirar atrás y hacia delante, cuando me negué a comprender que ella te importaba y yo en cambio era un pasatiempo, como una sopa de letras de esas que se hacen en la playa. Quizá te vea, y me sigas doliendo, inexplicablemente me llegaste dentro, y no es tan fácil que salgas, puedes no hablarme, odiarme, hacer como que te doy igual o darte igual, que todo éso no va a hacer que cambie nada. Sonrío, sonrío sin pensar en ti, y estoy orgullosa, sé feliz, que yo lo seré por los dos, no te olvidaré, al menos por ahora, no estoy preparada para hacerlo, y te sigo recordando, recordando lo que vivimos y removiéndose todo dentro de mí, cuando por azar tus ojos y los míos se cruzan en el espacio, o cuando ese olor que conseguía que me sintiera tranquila me inunda y me recuerda que un día yo también olía a él. Que te vaya bonito, y la próxima vez piensa mejor las cosas, que las muñecas de porcelana son demasiado frágiles, nada más chico de ojos triste.
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Vaya... acabas de dejarme sin palabras. No he parado de llorar prácticamente desde el principio de tu texto.
ResponderEliminarEsos 29 largos días posiblemente se multiplicarán. No es que sea mucho tiempo, es que, simplemente, cada persona nos toca de una manera distinta. Y si de verdad sentiste todo eso respira, siéntate y, poco a poco, pase el tiempo que pase, comienzarás a convertirlo en meros recuerdos. Porque al final lo que queda son eso, recuerdos. Y, aunque parezca imposible, sonreirás recordando los buenos momentos con esa persona que tuviste la suerte de conocer.
Ya lo dijo García Márquez, "No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió."
Sigue transmitiendo tanto con tus palabras, de verdad, llegarás muy lejos. Y, si estás pasando por esa situación realmente, mucho ánimo y mil sonrisas sinceras que acabarán llegando :)
Naïve, como siempre mil gracias por todo...
ResponderEliminarY la frase de García Márquez, la voy a añadir a mi vocabulario general, es realmente perfecta. Gracias, de verdad. :)