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martes, 31 de mayo de 2011

Dímelo

Si parece que va a llover significa que me quieres, dime que van a caer chuzos de punta.

lunes, 30 de mayo de 2011

Voilá...

 Dicen que una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad?

Acción poética


Dile a un taxi que siga tus pensamientos

Para soñarte más tiempo

Soñar, cerrar los ojos y dejar de ser responsables de nuestros actos, dejar que temporalmente sea nuestra mente quien decida lo que ocurre en nuestra vida. Dormir, y dar paso a que éso que no nos atrevemos a contar tenga ocho horas de vida propia. Despertarse y sentir esa sensación, esa que te dice que ese sueño sólo gritaba una realidad. Sueño, sueño casi todas las noches, a veces con chorradas, pesadillas, cotilleos, absurdeces, a veces sueño contigo, con tu risa, sueño que me llevas de la mano por cualquien lugar y que en ese momento carece de importancia todo menos tus dedos y los míos entrelazados, y sí, me he dado cuenta de que eso no va tan desencaminado de lo que me gustaría que se convirtiera en realidad. Me gusta soñar, soñar con lo que sea, a veces tengo la sensación de que me sirve como herramienta, como un método para conocer todo eso, todo lo que está escondido en un cajón de mi memoria, por éso, desde hace algún tiempo me voy a dormir antes, para soñarte más tiempo.

Un paso atrás para seguir adelante

Si alguien me preguntara qué es una foto, contestaría que es una instantánea de un momento que, por algún motivo, tiene algo de especial. Una foto, es una imagen que se capta en un segundo, o en un milésima del mismo, intentando, en vano, congelar ese momento que intentas guardar en tu retina. Las fotos son algo tan común ahora, que han perdido la gracia. Antes, hacer una foto implicaba perder una de esas 30 oportunidades para inmortalizar ese momento, sin embargo ahora, las fotos se hacen a tutiplén, todo el rato, a lugares, personas, a chorradas, a momento imborrables, al todo, a la nada, hacemos fotos a nuestras uñas de los pies, a los ojos de cerca, o hacemos una foto esa persona que ocupa un rinconcito de nuestra mente, mientras ésta está tan distraída, que sería absolutamente incapaz de percibir esa luz incómoda llamada flash, clavándose en sus ojos. Y con ésto, ¿ qué quiero decir?, pues muy sencillo, que al principio las cosas nos parecen magia, las catalogamos de únicas, pero conforme pasa el tiempo alcanzan ese matiz de normalidad, que las hace despreciables, por eso a veces, es necesario olvidar esa cámara Kodac Reflex, de última generación, y sustituirla por esa Polaroid. Porque a veces es necesario echar un paso atrás para seguir hacía adelante.

domingo, 29 de mayo de 2011

Rojo amapola

Rojo...rojo ardiente, rojo sangre, rojo calor, rojo pasión, rojo fuego, rojo amapola, rojo rosa, rojo carmesí, rojo pómulo, rojo amor, rojo corazón...

Fin del infierno sostenido

Porque de pronto apareces, y eres como una pequeña luz dentro de esa inmensa oscuridad. Estoy perdida, desorientada, mareada, abstraída, y de pronto llegas con una sonrisa y consigues sumergirme en una marea de alegría, y me olvido, me olvido del día en que vivo, de los miles de problemas que me rodean, me olvido de ése, que me hizo atravesar esa infierno sostenido, me olvido de mis miedos, de mis iras, de mis preocupaciones. Porque de pronto apareces, y eres como esa droga que necesita un yonky para sentirse vivo, porque eres como meterse en la cama un día de invierno, o como cobijarse debajo de un portal en un día de lluvia, y de pronto llegas con tu mirada intensa y me olvido, me olvido de mi día a día, de mis ganas de no quererte, de mis ganas de que éso, en realidad, no estuviera ocurriendo, de mi miedo a que los demás se enteren. Porque de pronto apareces y eres como una sonrisa en un mar de lágrimas, como un te quiero entre sollozos, como un lo siento cuando dabas todo por perdido. Porque de pronto llegas y me haces sentir la persona más feliz del mundo.

jueves, 26 de mayo de 2011

Que alegría más tonta


Porque quizá un abrazo o un beso en el momento más oportuno se convierte en el desencadenante del resto de tu vida, porque quizá esa milésima de segundo que notas que esa otra persona es para ti sola, te invade esa sensación que es un mezcla entre alegría y pánico. Porque quizá seas tan ignorante como para no darte cuenta de que esa persona que has tenido toda la vida a tu lado, es lo que provoca que esa sensación corra por tus venas, porque quizá una sonrisa en un momento en el que está prohibido sea capaz de hacerte enloquecer, o una mirada transmita tanto que es absolutamente incapaz de ser borrada, porque quizá un paseo a lo largo de la calle más cutre de toda la ciudad, mientras el cielo llora,  se puede convertir en un viaje al País de Nunca Jamás, porque quizá la alegría, sea el bien más preciado de este mundo, sea aquello que nos motiva a seguir viviendo, aquello que consigue sacarte una sonrisa en un mar de lágrimas, pero desde luego lo que nunca me había parado a pensar es que algún día tú serías el culpable de esa alegría tan tonta.

martes, 24 de mayo de 2011

Yo no tengo la culpa

Pero no, pero no tengo la culpa de que ésto se esfume cada mes, como si fueran burbujas de champagne francés. Yo no tengo la culpa de ser más yonqui cada vez de tus taras y tus multas, de tus pies.

Perderte entre tus propios recuerdos


Por qué será que todos y cada uno de nosotros tenemos la extraña y melancólica manía de acompañar cada momento de nuestra vida, bueno o malo, con alguna de esas melodías, que pasado el tiempo podríamos catalogar de cursis, perreras, estridentes, horteras, y una lista infinita de adjetivos, en la que curiosamente queda excluido cualquiera que tenga un matiz de positividad. Pero, ¿sabéis qué pienso?, que es sólo una escusa para no volver a tener que pensar en ello, para no tener que recordarlo, porque con independencia de si esa melodía que escuchabas insistentemente acompañaba a un momento bueno o malo, surge en ella ganas de olvido, porque ése es el pasaje que hay que atravesar para volver a perderte entre tus propios recuerdos.
 - ¿Por qué?
- ¿Y por qué no?

lunes, 23 de mayo de 2011

No quiero que ésto se acabe.

Hay algunas cosas que a pesar de hacernos daño, o de doler, que a veces es lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras querríamos olvidarlas y están grabadas en la memoria, tatuadas con lágrimas en las mejillas, esculpidas en las arrugas de la frente. Yo no quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, ni quiero olvidar por qué. No quiero olvidar que hay ojos que no necesitan mirar para contar porque se adivinan en la distancia. No quiero olvidar que hay amores que matan y puños que atan. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que estoy viva ni que mañana puedo no estarlo. No quiero olvidar que el amor existe, que quiero y que me quieren, y que a veces el amor duele tanto como el desamor, o incluso más. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunos amaneceres, algunas personas. No quiero olvidar. No quiero perder cosas. No quiero que con el paso de los años olvide como me sentía en mi cumpleaños cuando era niña. Aquellas tardes. No quiero olvidarlos a ellos, las personas que comparten mis días, los que están tanto en los buenos como en los malos momentos con una sonrisa de oreja a oreja. Ni quiero olvidar esas caricias tuyas, esos besos, esos " te quiero". No quiero que sea un adiós, ni un hasta la vista, quiero que sea un ¡hola! cada día, les quiero y no, no quiero que esto acabe.

Porque sí

 Me odio cuando mi mente se vuelve contra mí y no para de recordar recuerdos.

domingo, 22 de mayo de 2011

¿En quién estás pensando?

      -         Vale, ponte aquí, cierra los ojos, y haz lo que te digo
+       ¿Aquí?. A ver sorpréndeme.
-         Bien, ciérralos , imagínate lo que te voy a decir. Estás en una playa, en una de éstas poco conocidas, con ese olor a mar, con esa oscuridad característica, y de pronto llega, llega él y te agarra por detrás, y tú sin preguntar ni siquiera quién es, cierras los ojos y te dejas llevar por él, te agarra de la mano, y se oye un ligero suspiro, y por un momento sientes que esa playa es el único lugar del mundo donde podrás ser feliz. Ahora ábrelos, ¿estás feliz?
+        ¿Feliz?, creo que estoy enamorada de la persona con la que he paseado por la playa.
-      ¿Quién es?
+        Jamás te lo diría.
-         ¿Por qué?
+        Por que no, pero si quieres hacemos una cosa, te digo yo también algo y si me dices en quién piensas mientras, quizá te lo digo yo.
-         Hecho.
+    No quiero que te imagines en un lugar idílico, en una playa por la noche, en lo alto de una colina viendo anochecer, o en un bosque de cuento. Imagínate en un sitio más normal, más deplorable, imagínate en el sofá de tu casa, harto de estudiar la asquerosa filosofía, siendo Platón y su mundo de las Ideas tu única compañía. Estás estudiando, o al menos lo intentas, lees un renglón, intentas comprenderlo y visto el fracaso vuelves a él. Pero al llegar a una palabra en concreto, te vas, desconectas, tu cabeza es capaz de pasar a otra dimensión, a la de los recuerdos, y sí, la ves, ahí, con sus ganas de ser feliz, con su locura a tiempo parcial, con la sonrisa dibujada, sí, vela, está feliz, desbordando simpatía, con su vestido rojo, con la vergüenza perdida, con sus defectos, con sus consejos, con sus escasas timideces. Sacudes la cabeza y vuelves a la realidad, retomas el mito de la caverna, pero te das cuenta de que no estás concentrado, y desconectas de nuevo, ahora no son recuerdos, son futuros recuerdos, sí, tu imaginación diseña algo, una situación con ella, una conversación, un beso, sí, lo imaginas, y ni te imaginas que ella imagina lo mismo en su sofá. Pero tu mundo de la Ideas lo abandonas porque es necesario retomar el de Platón. Ahora dime, ¿En quién estás pensando?

Sonrisas que se escapan de entre los labios prisioneros de secretos, miradas que disimulan porque esconden verdades como catedrales, ojos que se cierran al instante de girar la esquina, embriagados de éso que no sé cómo se llama, dedos que se aproximan involuntariamente hacia otro buscando una respuesta recíproca, olores que inundan las fosas nasales y que hacen que el cerebro relacione con recuerdos que consiguen hacerte sentir en tu nube personal.  Puñados de sentimientos que una vez que pasa el tiempo, sientes como van desapareciendo.

sábado, 21 de mayo de 2011


Por ese hola, que aunque parezca absurdo tiene la capacidad de un antidepresivo.

El olor a lluvia me recuerda a ti

Me gusta el olor a lluvia, porque es como si estuvieras aquí, aunque en realidad no estás. Me gusta, porque me recuerda a ti. Tiene tu perfume, o al menos el perfume que me imagino que tienes desde que no estás conmigo. Y entonces cuando llueve, me gusta salir a la calle y empaparme de ti. El olor a lluvia me recuerda a cuando te fuiste, y eso me hace sentir un poco mejor porque, sin quererlo, me recuerda que algún día viniste con la lluvia para quedarte. El olor a lluvia me gusta, y tal vez porque hace que sienta que te tengo al lado, o por lo menos bastante más cerca. El olor a lluvia me recuerda a ti. Entonces, cuando llueve y estoy sola, pienso en donde estarás, que estarás haciendo. Y me imagino, que el olor a lluvia te va a hacer pensar en mi. Porque yo también tenía olor a lluvia en tus recuerdos. Y entonces me gusta cuando llueve. Porque creo que es el momento, en que tú y yo nos encontramos.

sábado, 14 de mayo de 2011

imPOSIBLE

 
- Eso es imposible
+ Pues lo haces posible

Perdida entre mis recuerdos

 Estoy perdida, perdida como si me hubieran puesto una venda en los ojos, me hubieran dado mil vueltas hasta marearme y me hubieran dejado, sola, en un laberinto diciéndome que encuentre la salida.

martes, 10 de mayo de 2011

Te elijo, te elijo a ti.


¿Sabes?que me encanta que estés aquí y que vengas con tu cuaderno y con tus ganas de estar conmigo y con tu entusiasmo y con esa sonrisa como si todo fuera posible. Y de pronto me he dado cuenta que eso es lo que quiero,que todo sea posible todos los días de mi vida.Y voy a por ello, te elijo,te elijo a ti, y vamos a llenar ese cuaderno y 50 como ese.

Los hombres de Paco

domingo, 8 de mayo de 2011

Uno no elige de quién se enamora

Uno no elige de quién se enamora, se enamora y punto. Te puedes enamorar de alguien que pase por la calle o que salga por la tele o te puedes enamorar de esa persona que has tenido todo el tiempo a tu lado y hasta un gesto, una mirada o una palabra no te has dado cuenta de lo loco que estás por él o por ella. Éso es el amor, el amor no es cuento de hadas en el que el príncipe está con la princesa y punto, no, el amor es sentir un hormigueo en el estómago al levantarse y sonreír sin parar aunque estés triste y no poder dejar de contar los días, las horas y los segundos que faltan por verle, eso es lo que es amor.


viernes, 6 de mayo de 2011

El amor es como un tsunami


No elegimos de quién nos enamoramos. Porque no es algo que podamos controlar; no es algo que ocurra poco a poco, es algo que te arrasa como un tsunami.

Y un tsunami no elige qué casas va a destruir y cuáles no. Simplemente llega y arrasa con todo.

Me recuerda a ti


Sí, me recuerda a ti, aunque parezca estúpido cada vez que miro mi mano me acuerdo de ti. Hay tantas cosas diminutas que a partir de aquel día me recordarán tanto a ti. Esa canción, esa canción que me da “pereza” volver a escuchar, ésa que me recuerda que los Lunes cuestan, pero que los Martes son imposibles sin tu voz, ese lugar, ese lugar al que sé probablemente jamás vuelva, ése donde sólo él conoce que allí fue donde empecé a pensar en ti. Esa palabra, esa palabra que repetías insistentemente, que me consumía, que hacía que se revolviera todo dentro de mí. Sí, ese olor, ese olor tan asqueroso y maravilloso al mismo tiempo, maravillo cuando está cerca y asqueroso cuando me doy cuenta de que lo hecho de menos. Esa película que desde entonces me muero de ganas de ver. Hay tantas cosas, que sería incapaz de escribirlas, pero pese a todo ésto, sólo somos dos idiotas que no encuentran la manera de hacer una vida con la vida que les queda.

lunes, 2 de mayo de 2011

Esa maldita canción que me obliga a recordarte

Alguien me puede decir por qué todos tenemos una, por no decir varias canciones que hablan de uno mismo, de aquello que te pasó, o de lo que te ocupa la mente. Por qué hay canciones, que contienen frases, palabras que se clavan como puñales, que esconden verdades, que hacen daño, o te reportan ese bienestar que se obtiene al sumergirte en tus recuerdos. Por qué todos tenemos una canción al menos, que escuchamos insistentemente durante un periodo corto de tiempo y una vez superado esas canciones se convierten en tabú, son aquellas que se pasan al oír la música del principio, de ésas que si por una casualidad no puedes parar, sabes que quizá te vuelvas a perder entre recuerdos. Alguien me puede decir por qué tiene que haber sonado esa maldita canción otra vez.

Mírame y no sigas hablando


Mírame, mírame y no sigas hablando, cállate, aunque solo sea por una vez cállate, no hablemos, ahoguemos las palabras con una mirada, no hables, permanece mudo, solo mírame, aguántame la mirada en los ojos solo un segundo más, ¿qué ves?, no hables, no estropees ese momento con palabras vacías a las que no sé que responder, solo deja que sean mis ojos los que te contesten, ciérralos, ahora ciérralos, ¿qué ves?, sonríe, tiñe esa cara con una sonrisa que no olvide jamás, ahora ábrelos, abre los ojos, ¿qué ves?, dímelo, dime qué ves, porque yo solo veo otra fantasía más.

Me encantan

Me encantan esos días en los que el tiempo está loco,en los que, con frecuencia las nubes le ganan el pulso al sol, en los que cielo pasa de estar feliz a llorar en cuestión de segundos, en los que se disfruta dos estaciones del año en un mismo día, en los que sales con un paraguas de casa porque parece que va llover y llegas con el en la mano y la sudadera reliada o cuando sales a cuerpo porque el día está contento y llegas empapada de sus lágrimas. Me encanta tener la sensación de que cada día es único, de tener mil motivos para sonreír y de tener las cosas clarísimas y de pronto liarte tanto que ni tú misma eres capaz de entenderte. Me encanta tener diciecisiete años, tener las hormonas y la cabeza revueltas, equivocarme, dar marcha atrás, perderme por el camino. Me encanta ser feliz.