Entradas más visitadas

Seguidores

miércoles, 30 de marzo de 2011

estoy simplemente sin estar


¿Alguna vez has sentido que eres como transparente?, sí, supongo que sí. Es más todos los hemos deseado en algún momento, hacernos invisibles, tener la capacidad de desaparecer de algún instante que no hayamos querido vivir, alguna vez hemos deseado de todos los modos posibles no tener que sacar esas fuerzas imaginarias para mostrar una impasibilidad ficticia. Pero ¿y ahora qué?, ahora que parece que ese sueño mío se ha hecho realidad, estoy aterrorizada. Me cuesta reconocerlo, pero lo estoy, estoy temblorosa, saltante, arisca, borde, estoy simplemente sin estar. El por qué supongo que lo conozco, es tan simple. Pocos deseos a lo largo de mi vida se me han concedido, pero justamente él elegido ha sido ése último que pedí, él de la trasparencia, pero en esta vida nada es perfecto y se me ha vuelto del revés, me he vuelto invisible para la única persona en este mundo a la que me encantaría mostrarme sonriendo, desbordado felicidad, vestida de mil colores, chillando, feliz. Así que eso es lo que me pasa, que me he convertido en invisible para ti.

pequeños surfistas de nuestra propia ola

Esboza una leve sonrisa y se me acerca. Luego se deja besar suave, tierno, caliente, aún cansado, pero tranquilo.Se deja besar, sí, y besa él también, entra y sale entre mis labios con atención, con esmero, con pasión, con su pequeño ser .Abro los ojos por un instante y le veo navegar así, tan cerca de mi cara, tan entregado, tan participe, tan empeñado.No, esta vez no hay bromas escondidas en sus bolsillos. Vuelvo a cerrar los ojos, y me dejo ir con él.Viajamos juntos, pequeños surfistas de nuestra propia ola, blandas lenguas, mano sobre mano que, riendo, se empujan para cogerse otra vez.Labios que juegan a los autos de choque intentando hacerse un poco de sitio, de encajarse lo mejor posible ,en ese estrecho y blando coche llamado beso.

Tengo ganas de ti

martes, 29 de marzo de 2011

sentir que hay lago nuevo es mágico

Sentir que hay algo nuevo es mágico, sentir que hay algo por lo que vamos a intentarlo. Piensa que aun hay días que todavía están llegando. Piensa que hay canciones que jamás has escuchado.
Piensa en lo que te queda por hacer. Piensa que hay historias que nadie te ha contado. Piensa que hay lugares que nadie te ha enseñado. Piensa en lo que te queda por hacer ...

"Piensa" de POl 3.14

pero por un momento son para siempre

Y por un instante esos momentos son para siempre, puede que un día se olviden pero por un momento son para siempre...

Perdona si te llamo amor.

sábado, 26 de marzo de 2011

Con aires de prepotencia (1)


Andaba por la calle a principios de primavera, con un sol que se ocultaba cada veinte segundos, sin demasiada preocupación, volando, como era habitual desde que lo conoció, entre sus recuerdos. Levantó levemente la vista, no mucho, pero lo suficiente como para darse cuenta de algo, de él, de que él estaba allí, enfrente, a unos diez metros, con su pelo alborotado, con su gafas oscuras, y con sus aires de prepotencia, subido en lo que era para él su vida, su moto. Le empezaron a temblar las piernas, y sintió como a pesar de empeñarse notables veces en ocultarlo, se le dibujaba una sonrisa, una sonrisa, que hasta ese momento no tenía razón de ser. Vergüenza, esa sensación la invadió, la dejó sola, contemplando como los metros que le separaban de él se iban reduciendo y justo en el instante en que consiguió controlarse, en el que relajó los brazos y respiró hondo, esa sensación volvió a embriagarla, él la había visto. Intentó de todos los modos posibles mirar hacía abajo, procurar que la tierra la tragara, pero sus intentos fueron vanos, y ella se dio cuenta en el mismo momento en que su tono de voz ronco, causa de aquel tabaco que fumaba constantemente, se dirigía hacía ella, -la llamo, intentando captar su atención, con un sonido similar al que pronuncian nuestros labios cuando pedimos silencio- ella, se invadió por segundos de eso, que llevaba haciéndola sonreír desde semanas. Torció la vista, sin demasiado afán, y por un momento vio a través de las oscuras gafas de éste, como su mirada se clavaba en sus ojos.
         - ¿te vienes? Preguntó él, con sus habituales gestos y palabras de engreído
         - ¿a dónde? Respondió ella, en un intento fallido de ganar unos segundos y disimular aquello que se estaba reflejando en sus ojos.
         - al fin del mundo, prosiguió él
Ella cansada de su actitud de excesiva prepotencia, pese a que era lo que más le podía apetecer en el mundo, se limitó a adquirir su rol, a contestar de la misma manera.

-         yo contigo no iba ni a la vuelta de la esquina – lo dijo convencida, mirando a los ojos, ella misma estaba sorprendida de lo buena actriz que estaba siendo, estaba convencida de que él jamás sospecharía de que aquello era un mera fachada-.
-         Tú y yo sabemos que te vendrías conmigo al fin del mundo –aquello, esa respuesta justificó el que ella misma se empeñara en hacer desaparecer el motivo de que se levantara sonriendo por las mañanas-.
                                                                             

viernes, 25 de marzo de 2011

amarillo chillón de Agosto


Supongo que es normal cambiar nuestra opinión sobre las personas, las cosas, las situaciones, supongo que es normal dar segundas oportunidades, y terceras.
Es más, estoy segura de que esas dos suposiciones son el motor de la vida, qué sería sino de nosotros a partir del momento en el que cometemos un error, o cómo sería nuestra relación con los demás, acabaríamos muertos del asco si siempre reaccionáramos igual. Sí, es necesario cambiar, cambiar lo que sentimos, lo que pensamos, cambiar nuestros deseos, cambiar la forma de comportarnos, de vestirnos, cambiar el modo de volver a encontrar una sonrisa, cambiar…cambiar….cambiar es necesario. 
Por eso, por esto, a partir de este momento he cambiado, he cambiado mi modo de ver las cosas desde un punto de vista mayoritariamente pesimista, he cambiado los colores tristes del invierno por el amarillo chillón de Agosto, he cambiado mis miedos existenciales con meras sonrisas, sí, he cambiado porque sino la vida resulta tremendamente aburrida.

jueves, 24 de marzo de 2011

como esas bailarinas

Quizá sea una experta en dar consejos que se quedan lejísimos de ser llevados a la práctica por mí misma, quizá la vida me quede grande, no sepa qué hacer en determinados momentos, o quizá me tiemblen las piernas cuando el miedo se apodera de mí, que últimamente pasa de forma demasiado frecuente. Quizá sea una bohemia de la vida, una de éstas que extraen sensaciones de los garabatos y de las letras, quizá sea una ingenua.
Quizá me tenga que poner de puntillas más de una vez para hacer frente a mis miedos, para estar a la altura de la vida, para garantizarme un hueco en aquello que se ha convertido en mi forma de vivir, quizá mis pies se asemejen a los de una bailarina, capaz de hacer malabares, de levantar más de cincuenta kilos con la fuerza de un único dedo, quizá sea normal aceptar todo lo que se nos viene sin la necesidad de ponernos de puntillas, de aumentar nuestra medida unos  diez centímetros para estar a la altura, quizá no sea necesario hacer lo de las bailarinas, quizá sea más fácil resignarse.

una vida donde no tiene cavidad vivirla


¿Alguna vez has caído en la cuenta de lo difícil que es vivir?. Es verdad, es una de las cosas más difíciles a las que tenemos que enfrentarnos, estamos obligados a sonreír cuando no tenemos ganas de vernos, a ponernos una corbata o echarnos Rimmel para seguir adelante, a saltar de la cama a las 7:00 aunque nos apetezca quedarnos allí, congelados, a conducir un coche, a salir a la calle, a trabajar, a estudiar, estamos obligados a vivir, a tirar para delante, a dar de nosotros mismos más de lo que vamos a recibir, más de lo que nos apetece, estamos obligados a aceptar órdenes o a darlas, a resignarnos, a tragarnos la rabia, a ocultar las lágrimas, a emitir sonrisas forzadas.
Estamos obligados a llevar una vida organizada, una vida donde no tiene cavidad un Martes entero en la cama en vez de en la oficina, un viaje sorpresa, un examen en blanco, estamos obligados a vivir una vida donde no tiene cavidad vivirla.

congelados en un beso interminable

Hace unos días hicieron una encuesta a cien internautas para que votasen que tres fotografías consideraban las más importantes de la historia. La primera escogida era una instantánea de la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki. La segunda, el hombre pisando por primera vez la luna. Pero la tercera fue la que más me gustó; mostraba dos enamorados besándose mientras el mundo gira a su alrededor. Me gusta saber que entre las tres fotos más importantes de la historia están dos enamorados, congelados en un beso interminable, refugiados contra el olvido. Quizás eso es lo que sentimos cuando vemos fotografías antiguas. Que por ellas no pasa el tiempo. Como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años, que el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí atrapados para siempre sin cambiar. Como las fotos guardadas en una caja de zapatos: instantáneas de otro tiempo, que nunca volverá…
los hombres de Paco

martes, 22 de marzo de 2011

Quizá


- Quizá

+ Quizá ¿qué?

- Quizá algún día acabe con esto, quizá deje de temblar cuando te apareces delante de mí, quizá mis ojos dejen de mostrarte eso que me empeño en ocultar, quizá me despierte un día y sonría, quizá algún día cuando oiga tu nombre no piense en ti, quizá tenga el valor de decirte todo esto.

+ Estás loca

-¿Loca por qué?

+ Loca por idear conversaciones imaginarias y desear que se hagan realidad

- Quizá

Sí, es cierto, los envidio


Sí, es cierto, los envidio, envidio a esos niños cuya máxima preocupación es escoger el sabor de la piruleta, envidio a aquellos que se quieren y que no les da ningún miedo mostrarlo, envidio a los que se dejan la vergüenza totalmente olvidada y que dar voces por la calle es su rutina, envidio a los que caminan siempre sonriendo, a aquellos que se lo dicen todo con una mirada, sí, los envidio, envidio a aquellos ancianos que se quieren tras estar una vida entera juntos, envidio a aquellos en los que decir lo que piensan constituye su día a día, envidio a aquellos que son felices con una mísera sonrisa, envidio a la gente que no tiene miedo, que son valientes por naturaleza, envidio a la gente cuyo afán de prepotencia queda justificado, envidio a aquellos que son capaces de sonreír cuando su vida cae cuesta abajo y sin frenos, envidio aquellos que sean capaces de olvidar de un día para otro, sí, los envidio.

domingo, 20 de marzo de 2011

las cosas imposibles sólo tardan un poco más


He oído decir muchas veces que las cosas imposibles nunca llegan a puerto, miles de veces que las cosas imposibles son las que más suceden y otros millones de veces que lo imposible sólo tarda un poco más. Yo soy de las últimas, de las que buscan las cosas difíciles para sacar la esencia a la vida, me encantan los imposibles, son mis favoritos, y cuando alguien dice el clásico “eso es imposible”, hago todo lo posible por tirar por la borda su absurda teoría. Supongo que las personas tenemos una tendencia intrínseca a conseguir aquello que se cataloga de imposible, es como cuando pone en una puerta “no pasar”, una incitación, es como todo aquello que nos prohíben y que cuando lo hacen la tendencia a realizar esa prohibición se multiplica por mil. Por eso, por todo esto, me encantan los imposibles y en realidad, creo que son etiquetas que ponen los cobardes a aquello que no se atreven a descubrir, bien por miedo o por desconfianza, por eso, a día de hoy, me atrevo a decir que las cosas imposibles no existen.

sábado, 19 de marzo de 2011

sin demasiada tristeza pero sin rebosar alegría


Hoy no pensé que fuera a escribir, al levantarme sabía que hoy iba a ser un día normal, sin demasiada tristeza pero sin rebosar alegría, un día de los que se te olvida tachar en los calendarios porque no te han dejado nada que quieras olvidar pero tampoco nada que se merezca recordar. Hoy ha sido un día de los mezclar risas con silencios, de los de regresar por segundos al pasado, de los de plantearse cosas que se daban por sabidas, sí, supongo que eso ha sido lo que ha marcado al día de hoy, el rebobinar, el replantearme aquello que hacía tiempo que dejé cerrado. Sinceramente no sé qué ha hecho que me pregunte sobre el pasado, supongo que las voces internas o externas que han hecho que todo lo que creía ordenado se remueva en cuestión de segundos. Pero aún así, no sirve de nada plantearse qué fue aquello que sentí, porque para bien o para mal, al pasado no se puede regresar.

Buenos días mundo

Buenos días mundo, hoy quiero que me hagas un regalo, no es un Ferrari ni un te quiero sincero, es algo mucho más común, algo que mucha gente tiene y de lo cual otra mucha carece, algo que la mayor parte de los filósofos lo califican como el motor de la vida, que te ayuda a levantarte por las mañanas, que te dibuja sonrisas y hace que se esfumen las lágrimas, algo que aumenta los niveles de adrenalina, que te sube al cielo pero que es capaz de tirarte en el mismo segundo, algo que la mayor parte de la gente daría lo que fuera por tener, que es relativo y que no es igual parta todo el mundo, algo que simplemente, me ayude a olvidar, a olvidarlo, a olvidarte, algo que se llama felicidad.

jueves, 17 de marzo de 2011

hoy es el primer día del resto de mi vida

 Quiero volver a empezar



¿Sabes?, quizá te parezca esto la tontería más grande del mundo, pero hoy por primera vez después de meses, no he mirado tus fotos, tus nuevos comentarios, ni he repasado esa conversación que tenemos de hace meses, ni siquiera he esperado que me hables, y la verdad, brindó por ello. Cientos, miles de días me hice el propósito de conseguirlo, de tratar de ignorarte, pero aún así, pese a que lo conseguía, la tentación seguía ahí. Y hoy, a las 21:55 del 16 de Marzo del 2011 he descubierto que lo he conseguido y que no me ha costado ningún trabajo. Con lo cual, hoy me atrevo a decir que es el primer día del resto de mi vida.

lunes, 14 de marzo de 2011

reclinarme sobre el asiento

 Mi corazón ardía como el Windsor



Volviendo de un amago de verano, de tocar la arena caliente con la yema de mis dedos, de notar el frío del agua en mis tobillos, de escuchar ese sonido envolvente, de sentir esos rayos que inciden sobre la piel, de respirar ese olor sal, me he dado cuenta que todo ha vuelto a la normalidad.
 Mirando por la ventanilla del coche, a cientos de kilómetros por hora, y escuchando a Pereza, veo pasar los árboles, otros coches, veo ese sol que está próximo a ocultarse y me acuerdo de ti. Me acuerdo de aquellos días donde no te sacaba de mi cabeza ni un segundo, me acuerdo de esas sonrisas, de esos dedos que se tocaban por casualidad, se me viene a la mente todo aquello que ya se acabó. Supongo que hay veces que no  hay más remedio que aceptar lo que se nos viene, aunque no nos guste, tenemos que dejar de imaginar momentos irrealizables, sueños fantásticos, tenemos que enfrentarnos a la realidad. Pero por ahora sólo me queda resignarme, inclinarme sobre el asiento y seguir pensando que algún día todo volverá a ser como antes.

jueves, 10 de marzo de 2011

soy una suicida

Soy una suicida 



Acabo de caer en la cuenta de que solo escribo cuando estoy triste, extremadamente feliz o ansiosamente rabiosa, este texto tiene que ver con la última causa. Exactamente no sé cuál ha sido el desencadenante de este día tan absurdo en el que he vivido, este día en el que aquello que creía muerto ha vuelto a nacer, en realidad tengo la absoluta certeza de que es culpa tuya, la culpa es de haberte visto después de un mes, de haber vuelto a ver esa sonrisa, que sin saber por qué, tiene la capacidad de resucitar lo que consigo matar dentro de mí, de haber vuelto a entrar al trapo en uno de tus juegos, de haber visto tu pelo revuelto que me sumerge una fantasía, utópica, hasta ahora. Odio que tengas esa capacidad, que ejerzas tal dominio sobre mí, que seas capaz de llevarme de un extremo a otro, de sumergirme en un mar de recuerdos, de hacerme volar o de tirarme al suelo. No escarmiento, soy una suicida, una suicida de esas que aman las causas perdidas, que mantienen la esperanza hasta cuando esta ya no tiene ganas de verse, por eso sé que no voy a ser capaz, no voy a serlo, mientras te tenga delante de mí, mientras te vea, pese a que sepa que entre tú y yo, ya solo hay aire, algo dentro de mí se va a resistir a arrancarte, a tirarte por la borda, y a que cuando oiga tu nombre, no note que mi corazón se acelera o que, simplemente las piernas me tiemblan.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Porque....

 Los que son catalogados de impulsivos

Cuando no se entiende a alguien, cuando no sabes por qué se comporta así, qué es lo que le pasa o por qué dice lo que dice, siempre te queda preguntárselo, pedirle que te lo explique. ¿Pero qué pasa cuando a quien no entendemos es a nosotros mismos? Ha llegado un momento en que no sé por qué hago las cosas que hago, por qué digo lo que digo o por qué tomo esas decisiones tan absurdas, supongo que es por miedo.
Se suele decir que nadie se conoce mejor que uno mismo, pero en mi caso no creo que eso sea así, creo que la gente de mi entorno me conoce mucho mejor de lo que me llegaré a conocer yo misma, y creo que saben lo que pienso y lo que siento mucho antes de que lo sepa yo. ¿Y por qué?, pues no lo sé, después de mucho pensarlo creo que es porque tendemos a engañarnos, a mostrarnos a nosotros mismos otra realidad. Cuando el corazón nos dice algo, mucha gente, los que son catalogados de impulsivos, la dicen, la sueltan, sin miedo a lo que pueda pasar o a lo que puedan pensar, pero yo no. Yo tiendo a pasar cada uno de esos impulsos por mi mente una y otra vez, hasta neutralizarlos, hasta reducirlos, haciéndolos algunas veces desaparecer, desintegrarse de mi memoria.
Pero hoy me he dado cuenta de que se acabó, se acabó, el mirar para otro lado, el ver las cosas a través de una pequeña grieta en la pared, o pensarlas insistentemente hasta llegar a una conclusión, errónea en muchos casos, hasta perder cualquier atisbo de oportunidad que tenga, hasta que los demás se cansen de que sea como soy. Y también me he dado cuenta de que no pasa nada, no pasa nada por equivocarse, por caerse, porque si uno se cae se levanta y si se equivoca pide perdón, pero lo que no se puede hacer nunca es volver atrás, porque hoy me he dado cuenta que taparme los ojos con una venda o hacer como que miro para otro lado, no me lleva a ningún sitio.

lunes, 7 de marzo de 2011

no te miento si

no te miento si...

No te miento si te digo que me gustaría olvidarlo, que hace días que navego a la deriva en un mar de recuerdos.
No te mienten si te dicen que me han visto llorar, que he dibujado en mi cara sonrisas forzadas para ocultar eso que dejaste en mí, si te cuentan que has pasado de ser mi tema de conversación a que no deje a nadie pronunciar tu nombre.
No te miento si te digo que me parece que yo tengo la culpa, que no supe ver lo que perdería sino me decidía pronto, que dejé que mi cabeza tomara el control.
No te mienten si te dicen que me cuesta cada vez más levantarme, que de pronto me quedo callada, o que de entre ese silencio brota una lágrima.
No te miento si te digo que no me gusta que la gente se arrepienta porque algo que intentó y no salió bien, porque yo me arrepiento treméndamente de no haberme arriesgado a saber lo que podría haber sido, si te digo que daría lo que fuera por volver atrás y contestar la verdad a esa pregunta que tanto miedo me dio escuchar.
No te mienten si te dicen que poca gente sabe realmente que eres tú del que estoy hablando, porque algo dentro de mí, quiso ocultar tu nombre, porque sabía lo que iba a pasar.
No te miento si te digo que no te olvidado, que algo dentro de mí te sigue queriendo, pero te mentiría si te dijera que no voy a intentar de todas las maneras posibles salir de aquí, volver a sonreír, y que la próxima vez, prometo no volver a pensar dos veces las cosas.

supongo


Supongo que el margen legal de tiempo para olvidarte ha caducado,  que ver tu sonrisa debe formar parte de un recuerdo y no seguir siendo mi forma de vida, que derramar agua ya es un trabajo que no me corresponde a mí, sino a las nubes.
Supongo que ya deberíamos vernos y saludarnos con normalidad, y que no debería seguir escondiéndome por los pasillos, que las esperanzas de que me vuelvas a hablar se deberían haber esfumado con el humo de los cigarros que tanto odio que te fumes, que las canciones tristes ya no me hablan a mí, sino a los demás.
Supongo que ya debería haberte olvidado, haber guardado en una caja esa nota que nos enviamos en clase, ese palo del helado que me regalaste, ese boli que me rompiste.
Supongo que ya va siendo hora de que entierre todo, de que convierta lo que siento en algo que forma parte del pasado, en algo que por desgracia ya no tiene razón de ser.
Supongo que ya va siendo hora de que te salude sin que me tiemblen las piernas, de que no me coma la rabia cuando me cuentan que estás con otra, que no deje volar mi imaginación cuando posas tu mano sobre mi cintura.
Supongo que ya va siendo hora de hacer frente a la realidad.

domingo, 6 de marzo de 2011

Porque me he cansado


Porque me he cansado de ser tonta, de seguir pensando que todo volverá a ser como antes, de tener esperanzas de que seas tú el culpable de mi sonrisa, me he cansado de esperar sentada delante de una pantalla que rompas el hielo que hay desde hace tiempo entre nosotros, de ponerme canciones lentas para acompañar a mis lágrimas, de no tener ganas de levantarme. Me he cansado de que esa sensación que me ahoga, me obligue a sacar la cabeza por la ventana y a respirar, de esperar impaciente que alguien me cuente algo tuyo, de ver tus fotos incansablemente. Me he cansado de que me tengas amargada, me he cansado de buscar un culpable, me he cansado de echarme la culpa, aunque sepa que la tengo, de que entre nosotros, reine la indiferencia. Y sé que la tengo por ser esa niña indecisa que le da miedo tomar decisiones, la tengo por miedo a arrepentirme, por miedo a que fuéramos incompatibles, por miedo a que no funcionara, a que me dejaras en la estacada. Pero esto sólo ha hecho que tenga más miedo, miedo a no poder olvidarte, miedo a no saber nunca lo que podría haber sido, miedo a que tú y yo nos veamos un día y seamos como extraños, miedo a que no pueda dejar de quererte.

sábado, 5 de marzo de 2011

todos buscamos lo mismo…ser felices.


Cuando estoy triste me gusta salir a la calle cogiendo lo primero que pillo y llegar hasta el centro…y delante de todo el mundo, sentarme en un escalón a ver a la gente pasar y a imaginar que se les pasará por la cabeza en ese momento. La gente que pasa es tan distinta y variada que sería imposible saber lo que piensan y sienten cada uno, pero solo su expresión te dice mucho. Las personas las hay de todos los tipos, chicos que caminan cabizbajos y que han perdido la esperanza de vuelta a casa, parejas que pasean divertidas de la mano y se sonríen felices, enamorados que se besan apasionados delante de todos sin importarles nada más, parejas que caminan en silencio buscando algo con lo que entretenerse y sin decirse nada porque ya se lo han dicho todo, gente que camina apresurada, contando los segundos que les quedan para acabarse el café y volver a la rutina, ancianitos que caminan de la mano y me admiran porque a pesar de llevar una vida juntos se siguen queriendo, jóvenes que pasan sonriendo, recordando algún momento feliz que les ha ocurrido recientemente, y niños que me llevan a imaginar todo lo que les queda por vivir. Las personas somos tan distintas que sería imposible llegar a saber que les ocurre a cada uno, pero una cosa tengo clara, todos, todos buscamos lo mismo…ser felices.

viernes, 4 de marzo de 2011

soy de esas


Soy de esas estúpidas que se pasan el día en una nube, viviendo una vida imaginaria, soy de esas estúpidas que si se levantan sonriendo se comen el mundo y que si no quieren salir de la cama no son capaces de sonreír, soy de esas ingenuas que se enamoran con dos palabras y que además no lo cuentan, soy de esas que les encanta hablar pero casi nunca de ellas, soy de esas que se pueden pasar un día entero viviendo de recuerdos del día anterior, soy de esas que cuentan los minutos que faltan para volver a verte y cuando esa cuenta atrás se para, se quedan aterrorizadas, soy de esas a las que les da miedo las pequeñas cosas, pero cuando lo superan no hay quien las pare, soy de esas que desaprovechan las oportunidades porque la valentía les llega tarde y se arrepienten cuando ya no hay nada que hacer, soy de esas que tienen millones de pequeños defectos y miles de virtudes. Soy ésta que esta aquí, queriendo regresar aquel día en que te conocí, para vivir en una nube, para despertarme sonriendo, para enamorarme, para hablar de mí hasta aburrir, para vivir de recuerdos, para contar los segundos que quedan por verte, para tener miedo, para ser valiente y para ser feliz.

jueves, 3 de marzo de 2011

mariposas.



Hay mariposas que sólo viven un día, a mí me queda uno y medio para agotar mi vida imaginaria contigo.

llegando a la conclusión de que no hay conclusión....



¿Sabéis? A veces tengo la sensación de que la gente me oye pero no me escucha, que me ve pero que no me mira. Poca gente sabe como soy realmente, lo que de verdad pienso, creen que sigo siendo esa niña a la que le gustaban las piruletas de fresa y daba voces por la calle, pero no, detrás de esa armadura está quien de verdad soy, alguien que ya se ha dado cuenta de cómo funcionan las cosas en la vida. Quizá me preocupo demasiado por cosas que realmente no son importantes y les busco una explicación, una vez tras otra, llegando a la conclusión de que no hay conclusión, y es entonces cuando me sorprende que tú seas una de las pocas personas que me comprenden en realidad, tú que te conozco menos de lo que conozco a mucha gente, tú con quien hablo una vez al día y dando gracias, a ti que te conocí en un viaje de casualidad. Y eso ha sido una de las cosas mejores que me han pasado, que de pronto te toparas en mi vida, que te abrieras hueco tu solito. Y me da igual que nos separen años luz o que nos contemos algo y ninguno de los dos nos entendamos a la perfección,  y me da igual porque cuando te sientes tan cómoda con alguien lo demás te importa nada.

martes, 1 de marzo de 2011

ILUSIONES ILUSAS

                               

¿Sabes qué?, que me siento impotente, impotente por estar aquí sentada, viendo como una respuesta tuya puede derrumbar mi mundo. Estoy aquí esperando un veredicto, algo que para bien o para mal, cambiará el rumbo de las cosas. Me encantaría que fuera por mí sobre lo que te preguntaran, pero yo misma te hecho partícipe de una historia en la que yo no soy la protagonista, seré estúpida. Estoy aquí viendo pasar los minutos, disfrutando el poco tiempo que me queda de mi vida imaginaria junto a ti, de mis ilusiones ilusas, de mis ganas de quererte. Supongo que tendría que desear con todas mis fuerzas que esa respuesta fuera negativa, que un NO sellara tus labios, para poder así, seguir como hasta ahora, pero por otra parte supongo que deseo que sea un SÍ, un sí que me dé un motivo para abandonar esa esperanza tan absurda que me queda de que todo vuelva a ser como antes.