Entradas más visitadas

Seguidores

domingo, 25 de diciembre de 2011

con principio borroso y final difuminado

Y quizá algún día todo cambie, no digo que no, quizá llegado un momento todo lo que pienso, o siento se desintegre, desaparezca, o  quizá ocurra todo lo contrario y se intensifique notablemente. Cuando llega, supongo que no tienes elección, las cartas están sobre la mesa, y la suerte está echada, y ahí quizá muchos sospechen que en realidad no es así, que sí que tienes elección, y quizá estén lo cierto, pero a veces, basta una milésima de segundo para desordenar todo de nuevo, y para introducirse en una historia con principio borroso y con final difuminado, una historia con argumento confuso, y hechos inesperados, una historia a mi estilo, de esas que quitan el sueño y que te mantienen intrigada hasta el último capítulo cuando sabes con certeza que te espera un final inesperado. Me gusta éso, lo inesperado, me gusta no tener ni idea de cuándo, cómo, dónde y por qué se cerrara este episodio de mi vida, éste tan sumamente inolvidable, éste que esconde algo y que ha cambiado tanto a lo largo de unos cien días, este que guarda secretos de recuerdos y recuerdos secretos. Hubo un tiempo que mi vida era en blanco y negro, como esas películas antiguas, pausada, monótona, y con un matiz de tristeza, pero me niego, me niego a volver a las andadas, me gustan los colores, los cambios, y combinar lo incombinable. Así que, te felicito, has conseguido dar un toque de color a mi vida, cuando absolutamente todo estaba en blanco y negro.

jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Juegas?

Juguemos a un juego, a un juego de niños pequeños, a uno en el que ni siquiera sepamos cuáles son las reglas, quién es el contrincante o qué hacer para ganar. Inventemos uno, un juego en el que las normas se impongan sobre la marcha, en el que las trampas se pasen por alto pero en el que no sean necesario hacerlas, juguemos, juguemos a jugar, juguemos a ganar o a perder pero juguemos, juguemos a que nos de igual lo que digan los demás, a tener ganas el uno del otro y a romper el silencio con besos, juguemos a dibujar sonrisas, a volver a casa embriagados y oliendo al otro, juguemos a un juego libre de agobios, de ataduras, o de imposiciones, a un juego al que nos apetezca jugar, en el que construyamos muy poco a poco las reglas. Juguemos a un juego, juguemos a ser felices.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Jugar a imaginar que la alcanzas con la yema de los dedos

Porque de pronto, zas, la felicidad aparece como si de un chasquido de dedos se tratase y te recuerda que existe, que está ahí, y que de vez en cuando puedes jugar a imaginar que la alcanzas con la yema de los dedos. Porque de pronto todas las malas sensaciones se evaporan, los recuerdos crecen a la par que los sentimientos y empiezas a sentir los primeros miedos, miedo a que pase lo de siempre, empiezan a aparecer las primeras cosas que no alcanzas a entender, no, no puedo entender por qué a veces te odio y otras en cambio te comería, no puedo entender que te pasees por mi mente a tus anchas y estalles una batalla campal en medio, no entiendo porque a veces eres mi mundo y otras en cambio te quiero fuera de él, no entiendo porque ahora adoro los Jueves, o porque esos sitios me van a recordar a ti, no sé por qué me gusta que dibujes una sonrisa a tus anchas, aunque veces difuminen mis lágrimas, no sé por qué, ahora es distinto a antes, más fuerte, más sentado, no sé por qué, por qué todo este puñado sentimientos se agolpan y me motivan a seguir para delante, no sé por qué cuando me miras así se me congela algo y se me olvida qué días es, y no sé por qué no puedo tenerte a veinte centímetros sin saber a que saben tus besos, no sé por qué me encojo en la cama cuando huelo a ti, no sé por qué me encantas, por qué ahora, por qué.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Restos en la pigmentación de mi piel

Y aún quedan restos de aquel verano, restos en la pigmentación de mi piel. Por más que me esfuerce en olvidar cada pedacito de recuerdo que me dejó ese Agosto travieso, está tatuado en cada milímetro de mi cuerpo. Puedo olvidarlo, o al menos taparlo, puedo ocultarlo o hacer como que no lo veo, pero basta con mirarme al espejo un segundo, y ahí está, esa marca, esa marca del bikini, que me recuerda las horas al sol a tu lado, esas canciones, las risas, la felicidad, y ese calor asfixiante, los recuerdos pasados por agua, las fiestas, las sonrisas y los besos a medias. Podemos olvidar, o intentarlo al menos, pero los recuerdos se quedan a flor de piel, se traducen en manchas, lunares y marcas superficiales pero que en el fondo sabes que están demasiado hondo. Puedo esforzarme en olvidar y en dejar atrás, pero seamos realistas, tanto esas marcas como esos puñados de recuerdos están tatuados a fuego, bien en mi piel o en un cajón de mi memoria.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Porque éso, éso es lo que es de verdad

Porque no creo en el amor, porque ya no creo en nada, solo en fantasías disfrazadas, sólo creo en mentiras a tiempo y verdades a destiempo, en secretos inconfesables confesados a medias, en risas que ocultan el mal humor, en falsedad, y en un poco de soledad. Sólo creo en el miedo, en el miedo a seguir, a dar un paso en falso, hacia delante o a que tú lo des hacia atrás. Porque sólo creo en tus dedos dibujando en tango en mi piel si estamos el uno al otro sobre un colchón, porque sólo creo en los besos que nadie ve, en aquellos escondidos en rincones recónditos de esta maldita ciudad. Porque ya sólo creo en las palabras que se dicen en una mirada, en aquellas que se leen entre besos y en esa mirada tuya que mata, que tortura lenta y dolorosamente, porque ya solo creo en tus ojos verdes clavados en mi retina, en tu sonrisa traviesa, y en tus besos locos, en ese olor al que huele mi cama y en tus idas y tus venidas. Ya sólo creo en tu bipolaridad, cuando en dos horas cambia todo lo que se pasea por tu mente. Porque ha llegado un  momento en que sólo  creo en aquello que no ven los demás, porque eso, éso es lo que es de verdad.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Tu pasotismo a tiempo parcial.

Qué difícil es todo, no sé por qué, por qué tengo un imán para los problemas, por qué mi hobby es complicarme la vida, por qué sólo sonrío si también tengo ganas de llorar, por qué me aburre treméndamente la vida constante y monótona, por qué adoro los altibajos, estar en la cima y caer a velocidad de vértigo, y levantarme llorando y acostarme repleta de felicidad. Supongo que la respuesta es por mis caprichos, por mi egoísmo, y por mi frialdad. Supongo que porque con el paso del tiempo la traición se convierte en rutina, los sentimientos tienen nombres y apellidos, y pagarías lo que fuera por no sentir muchos de ellos. Porque si te besan todos los días, los besos robados no tienen sentido, porque si tu vida es como una contante de matemáticas, ¿cómo se identifican los momentos felices?. Porque sí, porque estoy loca, porque tengo dieciocho años, y porque tengo ganas de vivir la vida, no una vida de cuento y de colorín colorado, me conformo con una vida traviesa, repleta de sonrisas, pero también de lágrimas, de alegrías pero con numerosas penas, de idas y de venidas. Me conformo con una vida al límite, alocada, y despiadada pero sin obviar mis responsabilidades, me niego a no retroceder, a no cometer los mismos errores una y otra vez. No una vida sin volver a andar sobre mis propios pasos, sin miedo, me niego a no tener miedo, a no arriesgar, porque si no arriesgas no ganas, pero por perder de vez en cuando no pasa nada, saboreas más las victorias posteriores. Porque me encantan los imposibles, las cosas difíciles, y porque incluso me encanta tu pasotismo a tiempo parcial.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Amigos con derecho a recordar

Me aturden los recuerdos, la paciencia se consume, y la dureza empieza a dar mustras de debilidad, a la indiferencia poco a poco se le cae el disfraz, y las verdades empiezan a aflorar, quizá tratemos de ocultarlo pero una sola mirada, un silencio o una sonrisa robada, saca a luz los secretos más inconfesables. Me acuerdo, me acuerdo de ese sabor a menta, de las risas que me sentaban mal y que ahora tanto echo de menos, de los me encantas. Echo de menos esas conversaciones con un matiz de indiferencia que se me clavaban en el alma, echo de menos tus manos enredadas en mi pelo, tus dedos y los míos, y mis labios traviesos, los lo siento más que habituales, las miradas que decían tanto e incluso ese tanto que resulto ser nada, tu risa, mis riñas, tus no puedo, tus excusas, mis ganas, las tuyas, los besos furtivos, los escondites recónditos, los sitios que nos vieron, y ese ritmo tan lento que tú mismo ibas marcando. Te echo de menos, y es cierto, quizá mejor así, amigos con derecho a recordar, quizá mejor dejar de buscar en los imposibles motivos para sonreír.

domingo, 13 de noviembre de 2011

En un pasado sin futuro o un futuro sin presente...



Y ahora qué, qué hacemos, dime qué prefieres, ¿vivimos en un pasado sin futuro, o en un futuro sin presente?, ahora qué, qué hacemos, qué decimos, cómo nos miramos, cómo lo ocultamos o peor, cómo lo contamos. Dime algo, aunque sea dime tonta, porque lo soy, dime por favor, y hazme el favor de no mirarme como sueles hacerlo, de no tocarme y hacer que pierda el norte, hazme el favor de no aproximarte nunca a menos de un metro de mí, aunque me muero de ganas de hacer que, como no hace tanto tiempo, entre tú y yo no quepa un atisbo. Pónmelo fácil, vete o quédate, pero deja de oscilar, de pasearte por mi vida, de alterar lo poquito que consigo ordenar. No te vayas, quédate, mírame, acorta el espacio entre los dos, baila un tango en mi piel, dibuja notas salvajes al margen, tápame los ojos, vuélveme loca, total esto último lo tienes casi conseguido. No sé, no sé qué va a pasar hoy, ni mañana, y tampoco sé que pasó ayer, lo único que sé es que todo esto no es más que un secreto entendido al calor de tenerte.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Que no soy capaz de olvidar pero tampoco me esfuerzo en hacerlo.

Que sí, que lo reconozco que soy una niña caprichosa, que sí, que no soy capaz de olvidar, pero tampoco me esfuerzo en hacerlo, que sí, que tengo un máster en querer lo que no tengo, y en tener lo que no quiero, que sí, que me como la cabeza, ideando, pensando, imaginando, acertando y fallando, cada uno de los días de mi vida, que sí, que soy una de esas cabezas locas, de ésas que piensan las cosas insistentemente, y llegan a la conclusión de que no hay conclusión, si una de ésas que se dejaron la vergüenza olvidada en el vaso del último bar, de ésas que han aprendido a contestar con palabras que se callan, sí, de ésas que ya no se molestan en recoger los pedacitos de su corazón porque ya está más que roto, de ésas que convierten en palabras todos y cada uno de sus pensamientos, de ésas que no olvidan que hay días que amanecen mejor, y de ésas que construyen su mundo poquito a poco, con paciencia y buena letra y lo tira por la borda en un mísero segundo. Sí, soy de ésas que han aprendido que si te caes te levantas, que una tirita no quita el dolor, solo tapa la herida, que lo de que un clavo saca a otro clavo es una leyenda urbana, que la indiferencia no es más que diferencia disfrazada, que se desea todo lo que no se tiene, que lo prohibido llama más, que los imposibles son por definición posibles, que a todos nos gusta complicarnos la vida, lo fácil se hace monótono, que estamos obligados a ser falsos hasta con nosotros mismos, que las sonrisas de repente en la barra de un bar me dan más que pereza, que los te quiero no son más que dos palabras que no significan nada o que lo significan todo, que todo lo que tienes se te escapa de la manos en el tiempo de un suspiro, y que luego vuelve a resurgir. Soy de esas que han aprendido, que un Martes se está mal y que un Viernes la vida es capaz de sorprenderte.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

mejor que ayer y peor que mañana

Y siempre es igual, final tras final, principio tras principio. Todos los principios esconden finales, unos agrios, otros tristes, unos húmedos, y otros rabiosos, yo no creo en los finales felices, nadie es feliz, o al menos no completamente. Todo acaba, y cosas nuevas empiezan, lo importante es saber si estás preparada, si estás preparada para hacer frente a ellas, porque tal vez, sea igual que siempre. Cuando algo acaba, independientemente de su final, los resquicios de felicidad se evaporan, y te dejan sola, viviendo o malviviendo a base de recuerdos fortuitos y borrosos, recuerdos cortos, pobres y escasos.
No era amor, sino ilusión decían algunos, pues la ilusión causa el mismo dolor que el amor, y mira que el amor duele. Cuando pedí que el reloj se congelara y me dejara paralizada en ese día ventitantos de Octubre era porque temía todo lo que se me avecinaba y también temía que no estaba dispuesta a afrontarlo, pero da igual, hoy estoy mejor que ayer y peor que mañana.

sábado, 29 de octubre de 2011

Maldita felicidad

Se superponen las ganas, los sentimientos o mejor dicho las malas sensaciones, se superpone el miedo pero para protegerte recurres a esa vieja coraza, total, siempre es igual y esta vez nada te va a pillar  ya desprevenida. Se superponen las ganas de querer y de que te quieran, se superponen los lo siento, y los besos locos, se superpone la rabia, la impotencia y las ganas de encontrar de una vez la felicidad. Todo se va superponiendo, poco a poco las cosas del pasado se quedan ahí, y encima de ellas se van construyendo cosas nuevas, el problema viene cuando percibes que el presente se asemeja en forma y contenido al pasado más de lo que debería, y te entra el pánico, y descubres que estás cansada de que siempre sea lo mismo y de llevarte una idea equivocada de lo que es la felicidad, porque nunca la has tocado con la yema de los dedos, maldita felicidad es tan relativa y nosotros, o al menos yo, tan caprichosa que somos incapaces de buscarla en las pequeñas cosas y así me pasa, que acabo una mañana del veintinueve de Octubre tirada en la cama sin saber qué hacer ni por dónde empezar a buscar.

viernes, 21 de octubre de 2011

Detente, por favor.

Ya no queda nada, ni principio, ni final, nada. Sólo ausencia mezclada con un toque de indiferencia. El tiempo dicen que lo cura todo, pero creo que el tiempo sólo sostiene el dolor, lo mete en un rincón de tu memoria, y el día menos pensado lo saca a la luz. El tiempo es una mierda, se va consumiendo, hace la distancia, y hace el olvido, te hace sentir viejo, y te hace sentir que no lo aprovechas lo suficiente. Me gustaría congelar un reloj, pararlo en un instante que para mí significara algo, y quedarme estancada ahí, como esos mosquitos que viven millones de años en ámbar y luego vuelven a nacer. Me gustaría volver atrás, no porque considere que me equivoqué sino sólo para volver a revivirlo. Supongo que tengo razones para pedir al tiempo que se paralice y me deje viajar en él, y cambiar ese momento, ese instante, sin embargo no lo haría, ni un sabiendo lo que después se me iba a avecinar. Inexplicablemente, lo sigo sintiendo, sigo estancada en aquel verano travieso, sigo sumergida en mis propios recuerdos, y embriagada de restos de rabia e impotencia. Cierro los ojos y sigo viéndote, sigo pensando que algún día esto cambiará, pero ni siquiera sé si lo deseo, quizá eso solo sea una forma de agravar mi impotencia al tenerte delante. 
Tiempo, párate, párate que yo me bajo, cada día es peor, cada día me siento más lejos de todo lo que me hacía sonreír y no estoy preparada para derramar más lágrimas. Detente, por favor, quiero quedarme estancada aquí, quizá no sea el mejor momento ni el mejor lugar, pero tengo la sensación de que mañana será todavía peor.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Quizá la culpa fue del...

Es cierto, la culpa no fue tuya, ni mía, ni siquiera de ella, sé quiénes no somos los culpables, pero no sé qué ha sido lo que ha hecho que esto ocurra, quizá haya sido el puto invierno, que como dice esa película de a tres metros sobre el cielo hace que los caminos se bifurquen, quizá sea que los días con ese sol abrasador están contados, o quizá que nuestras similitudes hacen que entre tú y yo sea necesario que reine la indiferencia. Quizá la culpa sea del viento que se llevó aquellas palabras, o del miedo, del miedo a seguir hacia delante, o de las ganas, mejor dicho de la ausencia de ellas, de mis ganas de tenerte, y de las tuyas de anclarte en el pasado, quizá la culpa fue del... qué importa de quién o de qué fue la culpa, aquéllo pasó, y ya nada volverá a ser como antes. Una vez leí que los amores de verano mueren junto con los mosquitos, cuando el frío llega a la ciudad, quizá sea una comparación cómica pero cierta, sobre todo si sabes que el frío, aunque sea Agosto, está a la vuelta de la esquina. 

lunes, 17 de octubre de 2011

No van a ser príncipes azules

Supongo que llegados a una edad, somos capaces de tirar por la borda mentiras universales, dejamos de creer en los reyes magos, o en ese gordo que pasa por la chimenea un venticinco de Diciembre, o que los niños los trae la cigüeña, sin embargo somos tan imbéciles como para tener veinte años y seguir creyendo en cuentos de hadas. Somos, al menos soy, una ingenua, una ingenua por no darme cuenta que "los colorín colorado" no van acompañados de un "fueron felices y comieron perdices", que por muchos sapos que beses no se van a comvertir en príncipes azules, que no hay una hada capaz de cambiar una calabaza por una carroza. A medida que crecemos, la realidad se hace más dura, y las mentiras menos piadosas.

06-08-11

Sonríe a las penas y sonríe a las alegrías

Ríe, grita, llora, salta, haz de rabiar, pasa de todo y no pases de nada, chilla, canta a voces, busca quien te haga los coros, no disimules, se descarada, odia la falsedad, rompe el silencio, mira mal, y mira bien, di algo, y cállate cuando sea oportuno, no disimules el asco, la rabia, o el odio, pero no odies en vano, se feliz, busca cosas que te lo hagan, búscalas aunque sea debajo de las piedras, deja los malos rollos y busca nuevos, métete en líos, arriesga, gana, pierde, caete, levántate, tropieza y vuélvete a levantar, no pongas buena cara si te apetece mirar mal, pero tampoco mires mal por mirar, odia, quiere, siente, solo éso, siente. Haz lo que te apetezca, piensa un poco más en ti, y un poco menos en los demás, se orgulloso, rompe el silencio, sáltate las reglas, diviértete cada segundo, esconde el miedo y ten miedo. ¿Sabéis?, la vida te da mil momentos malos, y uno bueno entre medias, y si estás pensando en los malos, alicaída, llorosa, y maldiciendo tu suerte, no sabrás identificarlo, así que por más puta que sea la vida, sonríe, sonríe a las penas, sonríe a las alegrías, sonríe cuando te digan lo que piensas, a fin de cuentas, las sonrisas son una muestra más de indiferencia.

jueves, 13 de octubre de 2011

Que te vaya bonito

Quizá para muchos, veintinueve días desde que el último gramo de esperanza que tenía se consumió es suficiente para olvidar, para dejar atrás. Quizá algunos sostengan que lo que pasó después es un intento vano de intentar poner un parche, de tapar la herida, o de rellenar el hueco, quizá más de uno sostenga que un clavo saca otro clavo, pero otros mantienen que hay clavos que jamás podrán sacarse, quizá yo sea de las últimas; no considero que haya que remplazar una cosa por otra, sino que hay que acumularlas, hay que tener experiencias, hay que arriesgar, hay que perder, hay que ganar, hay que cagarla, hay que equivocarse, que pedir perdón, que caerse, que llorar, que reír, que bailar, que ser feliz, que levantarse, y que tirar al suelo, que perdonar, que no olvidar, que dejar atrás. Quizá para algunos ésto no sea más que una forma de demostrar que pese a estos días no te he olvidado, quizá éstos sean los sabios, no es fácil hacerlo, no cuando por ti he sentido lo que por nadie, cuando me tiraste al suelo y me levanté insistentemente, cuando me negué a mirar atrás y hacia delante, cuando me negué a comprender que ella te importaba y yo en cambio era un pasatiempo, como una sopa de letras de esas que se hacen en la playa. Quizá te vea, y me sigas doliendo, inexplicablemente me llegaste dentro, y no es tan fácil que salgas, puedes no hablarme, odiarme, hacer como que te doy igual o darte igual, que todo éso no va a hacer que cambie nada. Sonrío, sonrío sin pensar en ti, y estoy orgullosa, sé feliz, que yo lo seré por los dos, no te olvidaré, al menos por ahora, no estoy preparada para hacerlo, y te sigo recordando, recordando lo que vivimos y removiéndose todo dentro de mí, cuando por azar tus ojos y los míos se cruzan en el espacio, o cuando ese olor que conseguía que me sintiera tranquila me inunda y me recuerda que un día yo también olía a él. Que te vaya bonito, y la próxima vez piensa mejor las cosas, que las muñecas de porcelana son demasiado frágiles, nada más chico de ojos triste.

Mes de amor borracho

¿Por qué?, dime por qué, por qué tuviste que tirar todo la borda, ¿tan importante era?. Dímelo, dime por qué todavía sigues mintiendo, o diciendo verdades a medias. Contesta, el silencio sepulcral que has llevado durante tres meses ha llegado a su fin, no te voy a decir que es hora de dar explicaciones, ni hora de lamentaciones, bastante clamé al cielo en su momento, maldecí al malo de la película, y me esforcé por cerrar los ojos y obviar lo que se me venía. Pero todo para qué, para nada, para pasar los últimos días de calor asfixiante regada por mis propias lágrimas, por mi inútil deseo de que las cosas no fueran así, por no ver que tú eras es culpable, por no abrir los ojos a tiempo, o por romper el silencio con gritos que se quedaban en suspiros. Por no ser capaz de mirarte a los ojos y decirte adiós, porque sentía que si tú te ibas yo también, por no querer entender que éso no fue más que unos besos tontos de dos niños que juegan a hacer daño. Jugué, jugué con fuego, un día cualquiera de Abril decidí empezar una partida, una partida en la que yo llevaba las riendas, en la que las cosas eran fáciles, jugué con fuego, y me quemé a lo grande, Julio, mes de calor asfixiante, de amor borracho, mes en que dejé de jugar a jugar para empezar a ganar, y perdí, Agosto, mes de ilusiones rotas, de llantos ahogados, de sonrisas forzadas, y de besos robados, de odio reconocido, y de dolor sin reconocer, Septiembre, mes de acabar con lo que duele, de dejar atrás el pasado, de romper esquemas, y de mostrarse a uno mismo que si te caes te levantas, mes de saltarse las reglas, y de volver a jugar con fuego, Octubre, miedo me da pensar en mañana, quizá me quemé, quizá pierda, o quizá gane, de momento pienso en hoy. Octubre, mes de levantarse sonriendo y de acostarse repleta de recuerdos de dos meses atrás.

domingo, 9 de octubre de 2011

Tres meses, noventa y dos días.

Tres meses, noventa y dos días, aparentemente poco tiempo pero tiempo más que suficiente para que la vida gire de forma inesperada. Tres meses, meses en los que mis ojos fueron los únicos encargados de proporcionar agua en mitad de la sequía de Agosto, en los que he bailado, saltado, gritado, odiado y querido, en los que he descubierto que había vida más allá de los límites que yo misma me imponía: Un mes, treinta días, donde cada día era más sorprendente e intrigante que el anterior, donde cada día era un mundo, y donde el mundo era único cada día. Tiempo insuficiente, pero nada indiferente, meses en los que pensaba en ti cada días al despertarme, en los que soñé contigo durante noventa y dos noches, donde recé por la inmortalidad de tus besos. Meses en los que reconstruí aquéllo que estaba más que roto, y en los que me bastó el tiempo que dura un beso, para tirar por la borda aquéllo que un día conseguí, días en los que las decisiones se tomaban solas, en los que las opiniones de los demás cobraban vida, en los que la alegría me invadía a medida que las lágrimas desaparecían pero días en los que notaba como te me escapabas. Meses en los que dejas de odiar para aprender a querer, y acabas odiando querer. Días en los que caes como la lluvia, frente a otros en los que creces como la espuma, días tontos y tonto todos los días, sueños rotos, odio reconocido, y un poco de amor sin reconocer, fantasías que ahora descubres que quedarán en éso, en fantasías, calor asfixiante por dentro pero frío al tener el corazón helado, dolor al descubrir que nada es para siempre y alegría al sospechar que otro para siempre aparecerá, miedo al observar que ya está ahí, y que no puedes dejarlo escapar, a pesar de los gritos de los demás, miedo al pensar que quizá venga para quedarse, y miedo al imaginar que quizá se vaya por la puerta de atrás. Tres meses, noventa y dos días, aparentemente poco tiempo, pero tiempo más que suficiente para darte cuenta de que a partir de aquí, ya nada volverá a ser como antes.

martes, 13 de septiembre de 2011

no apto para supersticiosos

Hay gente que dice que jamás olvidarán el día de su dieciocho cumpleaños, otros sostienen que no tiene nada de especial, tampoco dista tanto de cuando cumplieron diecisiete o de los próximos diecinueve, algunos odian cumplir años, es sólo un signo del paso del tiempo, de como esos tic-tac te van haciendo viejo y se van llevando consigo momentos que creías tuyos, pero si lo vemos desde un punto de vista optimista podemos decir que que pase el tiempo es necesario, necesario para dejar atrás ciertas cosas y para tener nuevas vivencias de las que no te querrás desprender, puto destino, es caprichoso, el tiempo pasa, los años corren, y sólo te queda mostrarte impasible y aceptar lo que te venga, vivir lo bueno y dejar aparcado lo malo. No sé si seré de las que se muerden las uñas una semana antes de su "gran día", o quizá soy de las que duermen sin inmutarse la noche de antes. Mi cumpleaños, mi dieciocho cumpleaños no tenía pinta de pintar bien, no sé si será por estas semanas de atrás, o directamente porque no es un cumpleaños acto para supersticiosos, Martes y trece, pero pese a todo éso sólo llevo diez horas y cuarenta y cinco minutos de cumpleaños y en este rato concluyo que ha sido especial, pese a las ganas de algunos y del propio destino, de que las cosas no sean así.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Las cosas sólo ocurren una vez


Y de repente te das cuenta de que todo ha terminado, de verdad, ya no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento empezó todo y descubres que todo empezó antes de lo que imaginabas, mucho antes, y es ahí, en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas sólo ocurren una vez, y por mucho que te esfuerces ya nunca sentirás lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.

Tú me has enseñado a ir despacio


Y de pronto descubro que voy por la vida a doscientos por hora, dando bandazos porque no quiero darme cuenta de lo que pasa a mi alrededor, pero de repente aparece alguien que te dice que tranquilo, que aflojes y cuando aflojas, te das cuenta de las cosas te das cuenta de que en la estantería hay un trofeo de baile, que está sonando mi canción favorita, que hoy es Martes trece, cosas pequeñas, tú me has enseñado a ir despacio y éso me sienta bien...

A tres metros sobre el cielo

lunes, 29 de agosto de 2011

no va a ser así

Supongo que hay momentos en la vida en los que te sientes absurda, momentos en los que la impotencia se apodera de ti, momentos en los que la frustración te domina, sobretodo me refiero a esos días en los que consigues desengañarte a ti misma en un segundo al descubrir que pese a la inmensidad de la Tierra, pese a desear con todas tus fuerzas que éso no ocurra, es demasiado tarde, está destinado, escrito en las estrellas o como quieras llamarlo, pero descubres que tú, por desgracia, ya no puedes hacer nada, nada que no sea ver el tiempo pasar, rezar para que no ocurra aquello para lo que llevas todas las papeletas y conseguir disimular, disimular que esa sonrisa se apaga por momentos, que mi cara poquito a poco se tiñe de gris, o que en mí desaparecen mis ansias por sentirme viva, disimular que la impotencia se ceba conmigo, que la confianza comienza a abandonarme, que el odio es en mí un sentimiento más que notable, disimular que poco a poco me voy dando cuenta de que empiezo a vivir de recuerdos o que en el fondo sigo teniendo la triste esperanza de que todo ésto no sea más que una fantasía que no llegue a cobrar vida, que se quede sólo en uno de esos pensamientos enfermizos que pasados los años, son capaces de robarte una sonrisa, pero por desgracia, por desgracia sabes que éso no va a ser así ni por asomo.

Escondidos bajo llave

Cuando te despieras, hay días en los que no sabes qué te deparará el destino. Tus ojos levantan sus persianas temerosos, notas como dentro de ti sigue esa sensación, te encoges a cuausa de una mezcla entre rabia, dolor e impotencia. Y de pronto, tan pronto como aparece desaparece, piensas que quizá mejor así, quizá mejor que sólo quede el recuerdo de unos días locos, unas cuantas sonrisas tímidas, palabras a medias, quizá sólo queden, a partir de hoy, un conjunto de recuerdos escondidos bajo llave en un cajón de mi memoria.

domingo, 28 de agosto de 2011

Hay que arriesgar para ganar

Podríamos decir que la vida es como un juego, un juego en el que hay que arriesgar, y al arriesgar solo hay dos opciones, perder o ganar, por desgracia, las más abundantes son las primeras, pero a veces, sólo a veces, merece la pena arriesgarte, porque quizá ganes. Todo juego, además de riesgos, incluye contrincantes; esos juegos, en los que pone un solo jugador aburren, además entre el riesgo y los contrincantes existe una relación indispensable, sin contrincantes no hay riesgo, y sin riesgo no hay juego. Pero como en todo juego, las trampas son más que notables, tu opositor hará todo lo posible porque te quedes en la estacada, por ganar la partida, por marcar las reglas, dará la vuelta al tablero, intentará guardarse un as en la manga, o mover la ficha cuando no es su turno, pero al final, el tiempo pone a cada uno en su lugar. Cuando se empieza a jugar, es un misterio el desenlace de la partida, no sabes si vas a ganar o si perderás todo lo apostado, pero ¿sabéis?, lo único que tengo claro es que hay que arriesgar, hay que arriesgar para ganar.

martes, 2 de agosto de 2011

y en un juego siempre hay un perdedor

Quizá el amor sea éso, un conjunto de idas y venidas, mil momentos malos y uno bueno entre medias, quebraderos de cabeza que te dejan abandonada entre un conjunto de suspiros, besos locos en los momentos más inapropiados. Quizá sea una felicidad sostenida, capaz de embriagarte pero capaz de abandonarte en menos que dura un parpadeo, quizá esté compuesto por el miedo, por el miedo a querer, o no ser querido, a querer más de la cuenta, por el miedo a sentir dolor o por el miedo a tener miedo, o por todos los recuerdos que te invaden uno a uno dejándote sólo un atisbo de tiempo para respierar, mientras que notas como se remueve algo dentro de ti. Quizá sea un conjunto de tópicos, frases hechas, "te quieros" falsos, besos robados y dados sin ganas, o besos que son capaces de ser imortales para la memoria, lugares recónditos que quedarán para siempre tatuados en un cajón de mi memoria por ser dueños de momentos imborrables. No sé qué es el amor, lo único que sé es que estoy cansada de defraudarme a mí misma por seguir soñando con cuentos de hadas y princesas, buscando príncipes azules, por no llegar a conseguir lo que busco, por quedarme siempre a medias; estoy cansada y he decidido que a partir de ahora voy a romper mis esquemas, voy a disfrutar lo que venga, voy a dejar de preocuparme por cosas aparentemente irrelevantes, y lo que sea que venga, será afrontado, ahora una cosa tengo clara, el amor es un juego, y en un juego siempre hay un perdedor.

domingo, 17 de julio de 2011

Y en la que yo, voy a perder todo lo apostado

Me empiezo a preocupar, lo juro, no sé ni cómo lo habrás hecho, pero has coseguido que las cosas cambien de una manera alucinante, has conseguido pasar de ser algo totalmente insignificante, a una necesidad para mí, me reía, me reía de mí y ellos, de aquéllos que me dijeron éso hace tan solo un par de días, pero sinceramente, hoy lo acabo de descubrir. Me empiezo a preocupar de mi salud mental, porque llevo como treinta noches seguidas soñando contigo, porque tardo unos dos segundos en pensarte desde que mis ojos levantan sus persianas, porque a veces me recorre sin sentido algo, una sensación que me aterra y me deja abandonada. Me empiezo a preocupar porque sin motivo alguno he llorado por ti más de lo que he llorado por nadie, porque contigo me he dado cuenta de que soy una celosa patológica, de que solamente estoy completamente feliz si te tengo a dos centímetros. Me empiezo a preocupar porque me haces daño con palabras que no tienen esa intención, porque me empieza a importar demasiado el qué haces, el qué dices, y sobre todo lo que no haces ni dices, porque a veces me aterra la idea de que ésto para ti sólo sea un juego, un juego con un ganador y un perdedor, y claramente yo soy la segunda, me aterra la idea de que dentro de unos dias, ésto que tenemos se haya esfumado como el humo de los cigarros, me aterra la idea de no poder volver a perderme entre ese olor que te caracteriza, o me aterra la idea de no volver a recorrer el mapa de tu cuerpo, señalizado estratégicamente por tus lunares. Me empiezo a preocupar, porque empiezo a pensar que me estoy enamorando de ti, y que para ti, ésto sólo es una partida más, una partida más en la que tú empezaste el juego, en la que yo continué la partida, en la que ninguno pusimos las reglas, en la que tú estás haciendo más trampas de lo debido, y en la que yo, voy a perder todo lo apostado.

viernes, 15 de julio de 2011

Me asusta

Lo reconozco, me asusta el llegar oliendo a ti, me asusta el que seas el primer pensamiento al levantarme y el último al acostarme, me asusta que pase el tiempo y no deje las cosas en su lugar, me asusta su presencia, y me asusta la ausencia de la mía. Pero el miedo, es la esencia de algo que nadie sabe cómo se llama.

jueves, 14 de julio de 2011

Él no saber qué podría haber llegado a ser.

A veces es mejor que los caminos se bifurquen, está bien caminar juntos, pero llega un momento en el que se hace necesario que cada cual siga su recorrido, y si en ése, tenemos la maravillosa casualidad de volver a coincidir, no sabes hasta que punto me alegraré, pero de momento supongo que será mejor así, seguir un camino, uno que cada uno hayamos escogido. Si te soy sincera el mío no me gusta demasiado, es más, no me gusta nada, pero cada vez tengo más claro que tú empiezas a adorar el tuyo, así que sólo me queda decirte que me alegro por ti, supongo que sé que te volverás a estrellar, pero qué importa, ahora tú y sólo tú serás el culpable, y lo único que sé es que luego no voy a estar ahí para decirte un ya lo sabía y hacer de paño de lágrimas, porque bastantes lágrimas se han derramado ya. Digamos que te obligué a elegir y elegiste, así que suerte en tu decisión, que aunque por supuesto no comparto, respeto, y sólo te digo una cosa, una más, una que quizá no te importe: jamás te perdonaré el no saber qué podría haber llegado a ser.

miércoles, 13 de julio de 2011

Soy una ignorante de mi propia vida

Dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo, nunca estuve demasiado de acuerdo con ese refrán, no sé si será porque no soy mala o porque no soy demasiado vieja, pero con los pocos años que llevo aquí, en ésto que se llama vida puedo decir que sólo sé una cosa, y es que no sé nada, quizá esté filosofeando más de la cuenta, pero todo tiene sentido, no me refiero a que no sepa esas miles de teorías que explican movimiento rotatorios, o reacciones químicas, no me refiero a no saber construir una casa o un puente, que también soy una ignorante en esos aspectos, pero en este caso me refiero a algo mucho más cotidiano, me refiero a no entender las pequeñas cosas que me rodean, a no saber a qué juegan, me refiero a cuando tengo todo claro y de pronto todas mis palabras se quedan convertidas en papel mojado, me refiero a cuando en mi dientes se rompen las cosas importantes, me refiero a no saber los desenlaces de las historias, me refiero a ser una ignorante de mi propia vida.

martes, 12 de julio de 2011

Para robarme una sonrisa y un suspiro

El tiempo corre, y pese a ser el día que es, sé positivamente que el tiempo no se va a detener, que no voy a ser la privilegiada que consiga retener las agujas del reloj, por más que lo intente, todos los intentos van a ser vanos. A lo largo de mi vida sólo he aprendido una cosa: es mejor arrepentirse de lo que ha ocurrido que de aquéllo que no ha llegado nunca a pasar; pero hoy tengo la duda, una duda que consigue dejarme rota, y cargada de miedo y ansiedad. Lo único que tengo claro a estas alturas es que el tiempo se agota, y mi paciencia también, y  que tengo miedo, miedo a dar un paso hacia adelante, pero sobre todo tengo miedo a quedarnos estancados como dos imbéciles, con lo cual, por favor, vamos a seguir adelante, vamos a notar como las voces de los demás se quedan atrás como meros susurros que no se distinguen entre el ruido del silencio, por favor, vamos a intentar aprovechar el poco tiempo que queda, estoy cansada de malgastarlo en ni siquiera sé qué, por favor, vamos a dejarnos de tonterías, vamos por una vez a ser sinceros, vamos a decirnos aquéllo que llevamos pensando más de un mes, por favor, vamos a esforzarnos en despegar nuestros labios un poco más porque necesito oir esas palabras de una vez por todas, vamos a intentar olvidar el pasado, éso ya no importa, tenía fecha de caducidad y caducó, olvidésmolo, yo, al menos, prometo olvidarlo. Por favor, vamos a callar la boca a los demás, vamos a dar la razón a otros, vamos a cortar de raíz con esta incertidumbre que se apodera de mí, por favor, vamos a intentar tenernos un poco más, vamos a dejar de  hablar de ellos, que seamos realistas no nos importan nada, vamos a intentar robarnos el uno al otro, presas de un deseo fudamentado en promesas ocurrentes que quizá jamás lleguen a ver la luz pero que son suficientes para robarme una sonrisa y un suspiro. Llegados a este punto, supongo que es mejor intentarlo, chocarse, caerse de bruces al suelo, matarse y luego revivir, que quedarme aquí con la duda de qué podría haber sido.

The first one who does, loses.

Mirad lo que he encontrado por ahí rebuscando, me parece un texto corto pero interesante, breve pero intenso, con un mensaje claro, un mensaje que quizá sea demasiado difícil obedecer, pero ¿y qué?, en esta vida no siempre se gana, es más siempre se pierde: 

"You wanna play the game? It's like this:
You play around, you have fun, you share secrets, you tell stories, you cry on each other's shoulders, you hold hand, you think about forever.
But you don't fall in love, because the first one who does, loses."

domingo, 10 de julio de 2011

Con ese olor que huele a ti

Porque seamos realistas, me encanta cuando llego y me siento en el suelo a pensar, simplemente a intentar ordenar todo para no aturrullarme, y de pronto descubro algo que consigue dejarme rota, huelo a ti, y siento éso, éso que me da miedo. Me encanta, me encanta cuando siento como tus dedos bailan un tango entre mis rizos, o me encanta cuando tus manos dibujan sobre mi piel. Enloquezco cuando por una milésima de segundo nos miramos fijamente y rompemos a reír, porque los dos sabemos que detrás de esa sonrisa se esconde algo. Me encanta cuando mi nombre sale de tu boca cuando ni siquiera te refieres a mí, me encanta dormirme una noche y soñar contigo, y que a la noche siguiente pase lo mismo, y a la siguiente, y a  la siguiente, me encanta pasar una canción porque habla de desamor cuando antes eran las número uno en mis listas de reproducción. Me gusta cuando de pronto me descubro suspirando o cuando me preguntas que en qué pienso y me dan ganas de gritarte la verdad de una vez por todas, enloquezco cuando te comen esos celos y enloquezco cuando me comen a mí, me encanta cuando de pronto estoy distraída y apareces, con tus manos y mi cintura se convierte tan solo en una pequeña supercifie que pide a gritos ser comprimida por ti. Enloquezco contigo, con tus besos locos, con tus manos traviesas, con tu pelo revuelto, con ese olor que huele a ti, con tu risa que me atormenta, con tus lunares estrátegicos, con tus dedos entre los míos, con tus celos injustificados y con los míos más que justificados, y enloquezco porque los dos pensamos lo mismo y ninguno somos capaces de abrir la boca.

sábado, 9 de julio de 2011

Algo que jamás podría haber llegado a imaginar...

Llega un momento en el que la vida te está esperando sentada para que tú misma la descubras y el golpe sea mayor. Llegados a ese punto tienes dos opciones, la primera, abrir el paquete sorpresa, aceptarlo sin más, resignarte, mirar para abajo y dejar de confiar en quien siempre has confiado, esta opción no es acta ni para orgullosos ni enrabietados, pero siempre quedará la segunda, la de quedarse con la duda de qué hay en esa sorpresa, y pasar de ella de largo. Hay momentos en los que hay que decidir entre saber y no saber, y veces que elegimos no saber como modo de defensa, ingenuos, somos como el soldado que se protege el pecho con un escudo y no es capaz de caer en la cuenta que quedan miles de puntos estratégicos de su cuerpo al descubierto, puntos que pueden llegar a provocarte la muerte. Escojas la opción que escojas, estás perdido, el no saber te puede matar y el saber más, yo elegí el saber, abrí la caja, y me encontré dentro lo que jamás podría haber llegado a imaginar…

jueves, 7 de julio de 2011

Como una peonza

La vida gira, gira como una peonza, y tú si quieres lo aceptas y giras con ella, y sino, pues no intentes bajarte, porque te va a resultar completamente imposible.

miércoles, 6 de julio de 2011

Un día raro, no anormal, sino raro



Ahora sí, ahora sí que he roto todos mis esquemas, he vuelto al principio, al principio aquél en el que estaba demasiado perdida. No sé ni cómo me vuelto a perder, y yo ingenua de mí, que pensaba que por una vez, sólo por una, tenía todo más o menos estructurado, pero de pronto, y como me suele pasar, solo ha bastado un día raro, ni siquiera anormal, solo raro, un día igual a los demás, pero es lo que tiene la monotonía que aunque guste cansa, y supongo que ya estoy cansada de estar estancada en este episodio, y hoy ese cansancio se ha manifestado de la forma más inesperada, fijándome en él, en ése él que no es él que para mí es importante, y todo ésto es culpa de la demora, de ir retrasando un momento que para muchos es ya prácticamente inevitable, pero sinceramente, dada la situación actual empiezo a dudar de la inevitabilidad de esa situación, mentiría si no reconociera que cada día cierro los ojos y me la imagino pero mentiría también al no decir que estoy cansada, cansada de que día tras día, nuestro dedos vuelen locos en la piel del otro, para acabar congelados, como siempre, y temerosos de tener que reconocer algún día que moverse al compás sobre la piel de otro es lo que nos gustaría que ocurriera cada mañana, pero reconozcámoslo, ambos somos demasiado imbéciles como para asumirlo y nos falta la valentía suficiente como para ir uno y decírselo al otro, y por éso, por ésto, reacciono así, porque estoy cansada de esperar como una cobarde estúpida a que un día llegues y pintes las cosas del color que llevo esperando semanas.

domingo, 3 de julio de 2011

Es para mí un interrogante si hoy te veré y volveré a notar esas mariposas revolotear.

sábado, 2 de julio de 2011

Porque a veces tengo la sensación de que esa alegría además de tonta es ficticia

No suelo escribir en un estilo agresivo ni utilizar tacos, pero esta entrada va a ser la excepción, la vida me tiene hasta los cojones, estoy completamente harta de que cuando estoy feliz alguien o algo llegue para joder ese momento, estoy cansada y hastiada de intentar una y otra vez reconducir mi vida sin encontrar nada, estoy harta de no poder resolver mis dudas, no me refiero a dudas existenciales, o en mi caso sí, a la duda existencial de qué se te pasa por la cabeza. Estoy cansada de que mi euforía se esfume como los cigarros, y de ser yo misma una expectadora de mi vida, estoy harta de intentar entender a los demás, de ver las cosas que ellos no ven, pero de ser incapaz de ver las mías propias, estoy absolutamente agotada de luchar, y sé que la culpa es mía, la culpa es mía por pensar que quizá las cosas fueran esta vez distintas, por ilusionarme o por decir a los demás que sus presentimientos tenían algo de realidad. Estoy cansada de mi rumbo de vida, de pensar en ti, y de pensar que tú quizá también pienses en mí, pero sobre todo estoy cansada de ser tan débil, tan cobarde como para no tener el valor de ir y preguntarte de qué palo juegas, y después decidir. Supongo que todo ésto se debe a la impotencia que siento ante ese comentario que me han hecho que aunque sé que en ninguno de los casos era con mala intención, ha conseguido arrebatarme la sonrisa, y ha traído de nuevo a la niña de ojos tristes, pero ¿sabéis qué es lo peor de ésto?, que mañana te veré, y no me importa, es más me agrada, pero ¿qué hago?, sigo como siempre y me rio con ganas de nuestras gracias estúpidas o dejo que gane el angelito que hay dentro de mí y me alejo de ti, a ver si así consigo saber al menos de qué va ésto. Porque a veces tengo la sensación de que esa alegría además de tonta es ficticia.

viernes, 1 de julio de 2011

Con esas mariposas que llevan tu nombre

Porque de pronto un día te levantas, y te das cuenta de que estás feliz y no finges, de pronto un día notas como se te encoje el estómago, como repasas esas palabrejas que golpean sin compasión, como recuerdas ese olor, y como tienes mil mariposas revoloteando dentro de ti. Porque de pronto un día cualquiera te levantas y te das cuenta de que el fingir debe quedarse atrás. Porque de pronto un día cualquiera te levantas y decides que así es como quieres vivir a partir de ahora, con esas mil mariposas revoloteando, con esas mariposas que llevan tu nombre. Y éso ocurre, un día te levantas con esa sensación embriagante yenloqueces, estás radiante, y has soñado esa noche, pero de pronto al igual que trascurre el día llega la noche, y poco a poco, concibes como quizá esas mariposas solo van a estar a tiempo parcial, porque pronto saldrán a volar a otro lugar, y lo peor de todo es que tú, el dueño de esas mil mariposas no está aquí y ni es el culpable, pero a veces solo hace falta un golpe de vista, o unas palabras que quizá nunca deberían haberse pronunciado pese a intentar hacerlo con la mejor intención, para que se esfume esa ilusión.

jueves, 30 de junio de 2011

Me encanta hacerlo

La canción de hoy es la de "lo que no ves" de Pol 3.14, tengo la absurda manía de llegar a las tantas útlimamente e intentar evadirme de mí misma usando como herramienta la música, en concreto una canción, canciones de éstas que se escuchan de una a cuatro de la mañana como cincuenta veces seguidas y tienes la certeza de que acabarás aborreciéndolas. Cada día trato de encontrar la canción que mejor me describe, la que quizá me podría mostrar una pequeña luz, o giarme para llegar al final del túnel, pero nada, canción tras canción descubro lo mismo, un par de estrofas y tres estribillos, un ritmo, y palabras vanales. Lo sé, es un método absurdo, método absurdo que uso para intentar ordenar todo ésto que tú te has empeñado en hacer, para tratar de ordenar estos pensamientos que se amontonan y que golpean mi mente tratando de encontrar una vía de escape, pero ¿sabes qué?, que supongo que ponga la canción que ponga, ninguna va a conseguir lo que pretendo, dejar de pensar en ti, porque siendo realistas ahora mismo lo estoy haciendo y es que para que lo vamos a negar, la verdad es que me encanta hacerlo.

martes, 28 de junio de 2011

Esas son las importantes

Supongo que hay momentos en la vida, en los que se debe tomar una decisión, no me refiero a esas decisiones importantes que es necesario tomar como por ejemplo elegir una carrera, o escoger un trabajo, no hablo de esas decisiones que te marcan el futuro. Me refiero a las pequeñas cosas, a esas que te producen más dudas que las anteriores, a esas que se complican cuando todo empezó como un juego pero al final perdiste los papeles y tú desconocías que esa persona se guardaba un as en la manga, me refiero a esas pequeñas cosas como poner un sí o un no en una respuesta tipo test, o decir que sí o que no, a quedar con alguien por el que no sientes absolutamente nada sólo porque estás en uno de los líos más grandes que te has metido tú sola, y sólo por mis ganas estúpidas de jugar a ser quien no soy. Me refiero a que esas deciones que aunque son vanales y sabes que con el paso del tiempo, y hablo incluso de días se irán difuminando hasta convertirse en la nada, son tan dificiles de tomar como elegir una carrera. Me refiero a esas decisiones que pueden dar un giro de 360 grados a tu vida, de esas que quizá no pase nada si te equivocas, pero a lo mejor ese error se convierte en el peor cometido a lo largo de tu vida. Supongo que esas decisiones, las pequeñitas,  las que hacen daño a los demás, incluso a ti misma, esas, esas son las impotantes.

lunes, 27 de junio de 2011

¿ A que sabéis a qué me refiero?

Hoy me he despertado, y sí, tenía esa sensación, esa que es una mezcla entre alegría e intriga, esa que consigue embriagarte y que hace que de pronto tu estómago se encoja produciéndote un agradable dolor, sí, me refiero a éso, esa palabra que para muchos, incluída yo misma, es tabú, me refiero a éso que hace que el pensamiento cuando te metes en la cama con 40 grados sea el mismo que tienes al levantarte, me refiero a cuando descubres que éso es lo que te hace feliz, a cuando se te escapan sonrisas, a cuándo te quedas inmerso en tus pensamientos y los demás te preguntan que en qué piensas, y acto reflejo respondes nada, mueriendote por dentro ante la posibilidad de que se den cuenta de que mientes, y lo peor de todo, es que te das cuenta de que se han dado cuenta  y te lo dejan pasar, y tú, infantil, sigues sonriendo, a éso que es difícil de explicar, que cuesta decirlo, asumirlo, aunque sea a aquella persona que te conoce más de los que te conoces tú misma, resulta extemadamente complicado decirlo, me refiero a cuando dibujas corazones y la gente se da cuenta, a cuando se empieza a cuchichear y sinceramente te da igual, me refiero a mirar el móvil constantemente, a que ocupe tu mente veinticuatro horas al día, me refiero a cuando ya empeizas a preocuparte por tu salud mental, me refiero a cuando te cagas por ver que sueñas con él durante tres días seguidos, me refiero a cuando te comen los celos sin motivos, me refiero a cuando te invade esa alegría tan tonta, me refiero a cuando ideas una vida ideal, utópica quizá, me refiero a... ¿a que sabéis a qué refiero?

domingo, 26 de junio de 2011

Eres un idiota

Porque hoy lo único que se me ocurre decir de ti es que eres idiota, estás tan ciego que no ves más allá de lo que tienes delante, y la estás a punto de cagar, así que, yo que tú pensaba un poco más lo que debes hacer, torcería el rumbo de las cosas para que encuentren un rumbo fijo, teniendo así la posibilidad de que mínimamente piense en ti, aunque para qué lo vamos a negar, ahora mismo también lo hago.

miércoles, 22 de junio de 2011

Comenzar un juego es divertido, apostar algo en él puede serlo, pero cuando lo que está en juego es el amor, la cosa cambia…
El amor es ese juego en el que no existen reglas, es simplemente un juego de azar en el que todo depende de nada. Aquí siempre hay perdedores y ganadores, el dolor de perder es directamente proporcional a lo apostado en él, en las ganas de jugar, depende de si es la partida de tu vida, o una más.
La forma de jugar es relativa, depende de los jugadores que intervengan, siendo la partida más molesta la de tres jugadores, pero sin quedarse atrás la de dos en la que uno hace trampas… El amor es el único juego en el que las trampas favorecen al infractor y dejan totalmente sin cartas a la víctima.
En las partidas de alto nivel se puede conseguir el mayor de los premios, robarle el corazón al otro jugador.
El juego del amor es quizá el más difícil de la vida, algunas veces se pierde, otras se juega, otras haces trampas y en muy pocas ganas, pero el premio es de los grandes… la manera de jugar la decides tú, al fin y al cabo en la guerra y el amor todo vale.

sábado, 18 de junio de 2011

Días en los que no te importa qué día es


Días, días monótonos, días que se hacen eternos frente a días que se pasan volando, días aburridos, días en los que el tiempo se te queda corto, días que no sabes qué días son, y días en los que no te importa qué días es, días locos, días que jamás olvidarás. Días, días que tienen un matiz que lo hacen especial, días en los que las sonrisas se escapan, días en los que tu mirada parece más intensa. Días, días que no sirven para nada, que te dejan vacía o con esa sensación de vértigo, días en los que hueles a cloro, días que no se merecen ser recordados. Días, días en los que pierdes la esperanza, días en los que la alegría se cobra de pronto, días donde mis manos se pierden entre tu pelo. Días, días en los que no conoces a nadie, o días en los que descubres que hay más gente que quizá te pueda interesar. Días, días catalogados de memorables, días en los que tus ideas perfectamente estructuradas se esfuman sin más, días en los que la ilusión llega de pronto. Días, días en los que descubres verdades, días que te. devuelven las ganas, días en los que te invade esa alegría tan tonta

martes, 14 de junio de 2011

Ahora mismo estoy pensando en ti

Me admiro de ver cómo cambia la vida en cuestión de semanas, cómo cambiamos nosotros, lo que sentimos, cómo es posible que aquellas cosas que están dentro de mí se vayan esfumando para hacer un hueco a aquellas que se empeñan en abrirse paso entre las demás, me admiro de ver cómo cambia nuestra forma de reaccionar, cómo esas chorradas ahora me hacen sonreír, me admiro de ver cómo cambia lo que pensamos, lo que soñamos, lo que ideamos a escondidas y en silencio. Me admiro de ver cómo pude cambiar la opinión que tienes sobre una persona, cómo es posible que algo que hace apenas hace unos 60 días te habría sido indiferente o incluso te habría causado risa, ahora te mueres de ganas de escuchar. Me admiro de ver el huequecito que has conseguido abrirte tú solo dentro de mí, porque te prometo que por más que intento sacarte de aquí y convencerme de que es una auténtica locura, lo has conseguido, ahora mismo estoy pensando en ti.

Como una de esas constantes de matemáticas

Porque la vida no es fácil, y quien diga lo contrario miente. La vida tiene ese matiz de dificultad que la hace única, tiene éso que nos permite disfrutarla. La vida tiene un máster en ponernos a prueba, en torcer el rumbo de las cosas cuando todo está ordenado, sí, es una experta en darnos sorpresas no siempre agradables, en mostrarnos en un minuto cualquiera de no importa qué día que aquello que nos venimos temiendo desde hace tiempo, tiene más de verdad que de mentira. Y es entonces cuando desearíamos que la vida fuera una de esas constantes de las matemáticas, porque en ese momento te das cuenta que echando la vista atrás tomaste decisiones relacionadas que ahora se convierten en puñales, dijiste cosas que están pidiendo turno para echársete a la cara, y no puedes hacer nada, más que respirar hondo, intentar reconducir tu vida hacia ese reciente y soñado futuro cercano y rezar porque no sea demasiado tarde y él sea lo suficientemente idiota como para perdonarte.

martes, 31 de mayo de 2011

Dímelo

Si parece que va a llover significa que me quieres, dime que van a caer chuzos de punta.

lunes, 30 de mayo de 2011

Voilá...

 Dicen que una imagen vale más que mil palabras, ¿verdad?

Acción poética


Dile a un taxi que siga tus pensamientos

Para soñarte más tiempo

Soñar, cerrar los ojos y dejar de ser responsables de nuestros actos, dejar que temporalmente sea nuestra mente quien decida lo que ocurre en nuestra vida. Dormir, y dar paso a que éso que no nos atrevemos a contar tenga ocho horas de vida propia. Despertarse y sentir esa sensación, esa que te dice que ese sueño sólo gritaba una realidad. Sueño, sueño casi todas las noches, a veces con chorradas, pesadillas, cotilleos, absurdeces, a veces sueño contigo, con tu risa, sueño que me llevas de la mano por cualquien lugar y que en ese momento carece de importancia todo menos tus dedos y los míos entrelazados, y sí, me he dado cuenta de que eso no va tan desencaminado de lo que me gustaría que se convirtiera en realidad. Me gusta soñar, soñar con lo que sea, a veces tengo la sensación de que me sirve como herramienta, como un método para conocer todo eso, todo lo que está escondido en un cajón de mi memoria, por éso, desde hace algún tiempo me voy a dormir antes, para soñarte más tiempo.

Un paso atrás para seguir adelante

Si alguien me preguntara qué es una foto, contestaría que es una instantánea de un momento que, por algún motivo, tiene algo de especial. Una foto, es una imagen que se capta en un segundo, o en un milésima del mismo, intentando, en vano, congelar ese momento que intentas guardar en tu retina. Las fotos son algo tan común ahora, que han perdido la gracia. Antes, hacer una foto implicaba perder una de esas 30 oportunidades para inmortalizar ese momento, sin embargo ahora, las fotos se hacen a tutiplén, todo el rato, a lugares, personas, a chorradas, a momento imborrables, al todo, a la nada, hacemos fotos a nuestras uñas de los pies, a los ojos de cerca, o hacemos una foto esa persona que ocupa un rinconcito de nuestra mente, mientras ésta está tan distraída, que sería absolutamente incapaz de percibir esa luz incómoda llamada flash, clavándose en sus ojos. Y con ésto, ¿ qué quiero decir?, pues muy sencillo, que al principio las cosas nos parecen magia, las catalogamos de únicas, pero conforme pasa el tiempo alcanzan ese matiz de normalidad, que las hace despreciables, por eso a veces, es necesario olvidar esa cámara Kodac Reflex, de última generación, y sustituirla por esa Polaroid. Porque a veces es necesario echar un paso atrás para seguir hacía adelante.

domingo, 29 de mayo de 2011

Rojo amapola

Rojo...rojo ardiente, rojo sangre, rojo calor, rojo pasión, rojo fuego, rojo amapola, rojo rosa, rojo carmesí, rojo pómulo, rojo amor, rojo corazón...